Sáb. Nov 23rd, 2024

Una exposición de lienzos, ornamentas y fotografías en torno al Señor de la Buena Esperanza, que se inaugura hoy en la capital ecuatoriana, exalta la religiosidad popular y destaca la importancia de las expresiones de culto, aseguró a Efe la curadora de la muestra, Sabina Paredes.

7-quito-convento-san-agustin-ecuadorLa Exposición «Hierofanías- Expresiones de fe en torno al Señor de la Buena Esperanza» se inaugura en el convento San Agustín, situado en el centro histórico de Quito, donde se exhibirá hasta febrero próximo.

Paredes explicó que una hierofanía «quiere decir una manifestación extraordinaria en la que lo sagrado se revela, se da a conocer» y detalló que presentarán coronas, ornamentos, vestimentas, cruces que son parte de una «estética suntuaria» del Señor de la Buena Esperanza, una de las imágenes más difundidas en América del Sur.

La mayoría de obras de la muestra corresponden a los siglos XIX y XX, pero la exposición «no tiene un carácter netamente histórico sino de vocación», señaló.

Según la curadora de la muestra, algunos de los lienzos que se expondrán miden 2,30 por 2,40 metros y fueron hechos en 1950. También se exhibirán sandalias, túnicas, estandartes que se encuentran alrededor de una historia «que necesita ser visibilizada».

La muestra cuenta también con ensayos fotográficos de los ecuatorianos Christoph Hirtz y Dolores Ochoa, que captaron imágenes de la procesión en honor al Señor de la Buena Esperanza en Quito.

De acuerdo con Paredes, la muestra pretende exaltar la religiosidad popular y explorar la importancia espiritual, artística y cultural de las expresiones de culto religiosas del santuario, destacando algunos de los «tesoros sagrados más finos» y de culto que posee el Convento San Agustín.

El fin último apunta a la difusión de los bienes patrimoniales tangibles del convento.

Ello, con el fin de garantizar estrategias de comunicación museográfica, donde el valor de la imagen de culto, el apoyo de la autenticidad de los objetos, su documentación y el testimonio de fe de los destinatarios, permitan una comunicación directa y original en torno al culto del Señor de la Buena Esperanza.

Durante la colonia, la portería del Convento San Agustín, en Quito, donde estaba la imagen del Señor de la Buena Esperanza, se convirtió en uno de los lugares más concurridos por los fieles debido a los prodigios y milagros que se creía se lograron por su intermedio.

El prior de los agustinos en Ecuador, Patricio Villalba, explicó a Efe que la imagen es la representación de un Cristo de la pasión, aquel que «es acusado de considerarse el rey de los judíos», quien es entregado para ser azotado, y como burla se le pone un manto de color púrpura, una caña por cetro y una corona de espinos.

«Para la gente representa el Jesús que sabe de sufrimientos, dolores y por eso mismo puede, no sólo escuchar, sino entender a la gente en distintos momentos de angustia y desesperación», dijo Villalba.

Para el sacerdote, la exposición busca apuntalar que en torno a la manifestación religiosa «hay una respuesta del hombre y la mujer que se plasma en infinidad de ofrendas, detalles que suponen a la vez, dedicación y tiempo con exquisitas decoraciones como en las túnicas o los lienzos que recogen la historia de la devoción».

Las túnicas de gamuza y damasco presentan, efectivamente, bordados de flores y espigas, entre otros, de compleja elaboración con hilos de oro y plata, en tanto que la mayoría de sandalias que se exhibirán fueron delicadamente confeccionadas en plata.

Gran parte de las túnicas de la muestra son donaciones de feligreses, pertenecen al siglo XX, y entre los estandartes de la muestra hay uno bordado en hilos de oro, regalo de una devota peruana.

En la veintena de piezas ornamentales del Señor de la Buena Esperanza y en los cinco lienzos de gran formato que se exhibirán, Villalba encuentra «verdaderos tesoros artísticos», que «jamás han sido exhibidos al público» y que se convierten en «testigos históricos de una devoción». EFE

Por kochoa