La viceministra de Planificación de Ecuador, Ana María Larrea, y el ministro de Educación Pública de Costa Rica, Leonardo Garnier, fueron dos de los principales representantes de Gobiernos de América Latina en el Foro Regional Agenda de Desarrollo e Inversión Social en Juventud.
El encuentro, que sirvió para conmemorar el Día Mundial de la Juventud, fue organizado por la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), el Fondo de Población de la ONU (FPNU) y el Gobierno de Uruguay.
Larrea recordó que cerca de 200 millones de personas, la tercera parte de la población latinoamericana, son jóvenes e instó a los Gobiernos a «capitalizar» el actual «bono demográfico» de la región «con políticas específicas dirigidas a la juventud».
Según la viceministra, resulta fundamental «pasar de concebir a la juventud como meros beneficiarios de la política pública para hacer que efectivamente sean actores protagónicos en la construcción de la nueva sociedad».
Hay que «generar un cambio en las relaciones de poder» porque la juventud ha sido un «factor de cambio en la historia de la humanidad», agregó.
La funcionaria sostuvo que en su país las autoridades defienden la filosofía del «buen vivir», entendida como un cambio del «paradigma en términos de visiones del desarrollo», y la construcción de «un nuevo tipo de sociedad en que las relaciones entre los seres humanos y con la naturaleza sea distinta».
Por su parte, Garnier subrayó que como concepto sociológico «la juventud tiene que ver con la variable tiempo, algo que no pasa con la raza, género o condiciones sociales», por lo cual es más difícil de tratar.
El problema «tiene que ver también con el olvido», opinó el ministro costarricense, al recordar por ejemplo que «los profesores se olvidan de que fueron estudiantes», recordó.
Además, como «la juventud es la etapa más corta de la vida» es indispensable vivirla «plenamente», algo complicado en la región latinoamericana, que es «pobre y muy desigual», denunció.
Garnier sugirió cambiar el enfoque educativo para que los estudiantes aprendan por encima de todo a «vivir juntos» y a «disfrutar de la diversidad».
También lamentó que «los jóvenes tienden a ser vistos como un problema, una enfermedad que se pasa con el tiempo», y criticó a los que «consideran que el objetivo principal de la educación es producir niños obedientes».
«La obediencia no es una virtud. las peores tragedias de la humanidad han pasado porque alguien obedeció una orden», advirtió.
Como parte de esa filosofía explicó que en materia educativa en Costa Rica están dando mayor espacio en las escuelas a actividades como el arte y el deporte, normalmente postergados por las asignaturas más teóricas y menos espontáneas.
El foro sobre juventud, que concluye este mismo lunes, fue inaugurado por Ahmad Alhendawi, enviado especial deJuventud del secretario general la ONU, Ban Ki-Moon; el director ejecutivo del FPNU, Babatunde Osotimehin, y el presidente del Consejo Directivo de la Organización Iberoamericana de la Juventud, Bruno Vanhoni. EFE