A los 34 años, el padre de familia desapareció, fue declarado muerto y su familia quedó destrozada por no saber qué le había sucedido. Pero Myers no estaba muerto, simplemente huyó a Baja California y meses después se trasladó a Palm Springs; todo ello porque su educación cristiana no le permitía vivir su homosexualidad. En su nuevo hogar conoció a quien sería su pareja gay por los próximos 16 años. Sin embargo, en 2007 y con 50 años de edad regresó con su familia para reconciliarse con ellos, pero se dio cuenta que no sería bien recibido y quien fuera su esposa por varios años, lo llamó ‘el Anticristo’.