Después de una vida de continuo apoyo y entrega es indignante como personas abandonan a sus padres o abuelos sin importarles las condiciones mentales o físicas que estos padezcan.
La vida es transitoria y los años pasan volando pero esto parece no importar a personas que abandonan en la calle o en ancianatos a los más longevos de la familia.
Hace unos días pude observar a un anciano perdido en una calle, no sabía nada de su familia. Tras indagaciones en el barrio se pudo conocer que el adulto mayor padecía Alzheimer y que su familiar tras una pelea lo había dejado a dos cuadras de su casa. Es doloroso como personas pueden realizar este tipo de actos.
Él anciano era quien mantenía la casa con su jubilación pero su cuidador se había cansado de su condición mental.