Yücel, quien ha sido adicto a la nicotina durante 26 años, declaró que al percatarse que fumaba 2 cajetillas diarias, se dio cuenta que era momento de dejar de manera permanente el tabaco. Diseñó una jaula de metal para combatir su adicción, por lo que cada mañana, cuando sale para el trabajo, se pone el artefacto y le deja las llaves a su esposa para no caer en la tentación. Destacó que el dispositivo le permite seguir con su vida normal, pues puede ver, leer el Corán y tomar bebidas, gracias a una rejilla en la parte frontal del casco.