Vestidos con la elástica de la selección brasileña, arropados con banderas, o disfrazados de personajes de cómic, como un Spiderman verde-amarillo, miles de hinchas tiñeron con los colores nacionales de Brasil las calles aledañas del Maracaná, que abre sus puertas a las 15.00 (18.00 GMT), cuatro horas antes de la final.
Los hinchas llegaron en medio de un amplio despliegue de seguridad, con miles de policías que a pie, a caballo o en furgones, que acordonaron la zona para controlar las protestas que han sido convocadas en contra de la FIFA y de la organización del Mundial de 2014.
Entre los miles de brasileños, que, cerveza en mano, hacían guardia a las puertas de los bares, también se podían contar algunos pocos españoles, residentes en Brasil o venidos de su país, para animar a la Roja al grito de «Yo soy español».
El madrileño José Rico, residente en Sao Paulo, es uno de los afortunados a los que le regalaron una entrada para la gran final, a la que se espera un público de cerca de 75.000 espectadores.
Vestido con la camiseta de la selección española de la Eurocopa 2012, Rico dijo a Efe que espera un triunfo de España por 2-0 ó 3-0. EFE