Fueron 35,173 boletos que se vendieron en las instalaciones del máximo escenario deportivo, de la ciudad de Lima.
La gente hizo fila, desde tempranas horas de la madrugada para obtener su ingreso. En horas de la tarde se colocó un papel donde se comunicaba que las entradas se agotaron.
El público, que no consiguió boleto, se molestó ante este suceso mientras en las periferias del estadio la reventa hacía su negocio al vender los boletos hasta con el 150% de recargo al precio oficial. Hubo indignación