Él fotográfo ha retratado a celebridades y modelos durante 20 años, pero al lidiar él mismo con la muerte de sus padres estaba dándole vueltas a un proyecto sobre la mortalidad. A Sandra Barber se le diagnosticó un tumor cerebral, ella quiso ponerse una máscara de pintura de guerra en su cara cada vez que iba a una sesión de quimioterapia.
Acudir al tratamiento era como ir a una batalla. Ella fue fotografeada y ahora su foto se expone a entrada de la Galería de Arte Walker en Liverpool.