Y eso que no era fácil, tras más de media hora de plantón, en una calurosa carpa en la playa de Cannes, con pocas sillas y menos organización.
Pero llegó la actriz, con una ajustadísimo vestido negro lleno de pequeñas flores de colores, labios rojos, tez tan blanca que parecía transparente, una voz dulce y una sonrisa imperturbable, acompañada del director de esta pequeña joya destinada a la publicidad, Wim Wenders.
«Me pidieron hacer este anuncio y, cuando me dijeron que Wim sería el director, no lo dude», dijo Tyler, a lo que Wenders agregó: «Tú te implicaste por mí, y yo por ti».
Una conversación relajada ante fans entregados y mucha prensa a la búsqueda de las escasas estrellas que de momento se han dejado ver por Cannes.
Ella elogiaba el trabajo del realizador alemán. «Sus películas siempre me han emocionado. Pienso en ‘París Texas’ casi cada semana y escucho sin parar su música. Es parte de mí».
Por eso estaba tan «entusiasmada por colaborar con él y hacer algo tan pequeño».
Dos minutos y medio en los que la cámara acaricia sutilmente a la actriz, que entre risas explica cómo fue su primer beso.
Rodeada de sillas en un decadente y precioso espacio vacío, la actriz se pasea, toca las cuerdas de un piano y se deja observar por una cámara que le sigue y retrata en toda su belleza.
Un anuncio para promocionar el nuevo helado de la marca Magnum, que se presentó hoy aprovechando la celebración del Festival de cine de Cannes.
Para Wenders, un trabajo como otro cualquiera pero en minúsculo, preparado con la precisión habitual de todos sus filmes y para el que buscó un sitio romántico que pudiera recrear la historia de un primer beso, lo que encontró en Berlín.
«Every kiss tells a story» es el título de este cortometraje que promociona la nueva gama Magnum 5 kisses, una edición limitada de cinco sabores inspirados en la repostería francesa. EFE