“Juro por Dios que me comeré sus corazones e hígados, soldados del perro Bashar”, dice el protagonista de las imágenes, cuya autenticidad no ha sido verificada, en alusión al presidente sirio, Bashar al Asdad. En opinión de Jonathan Marcus, analista en temas de diplomacia este video es un cruel recordatorio de la bestialidad de la guerra, sobre todo cuando se trata de un conflicto civil.
También ilustra cómo ambos bandos en Siria (el gobierno y los rebeldes) tienen la mira puesta en las redes sociales para publicitar sus acciones o castigar las de sus adversarios.
El sujeto retratado en el video, identificado por la ONG Human Rights Watch como Abu Sakkar, es líder de un grupo de combatientes llamado Brigada Independiente Omar al Farouq.