El entrenador de los «diablos rojos» durante los últimos 26 años calificó en marzo de 2012 de «milagrosa» la labor de Moyes en el Goodison Park, un estadio humilde que con la llegada del escocés en 2002 dejó de sufrir cada temporada por el descenso de su equipo, que pasó a luchar por los puestos europeos de la Premier.
«Algunos entrenadores logran hacer un gran trabajo con los recursos que tienen y David Moyes lo ha hecho de manera extraordinaria», manifestó ya entonces Ferguson, que quería que su sucesor fuera capaz no solo de dirigir el vestuario de Old Trafford, sino también de gestionar con garantías la cantera del United, uno de los activos más valiosos que deja el veterano entrenador.
A lo largo de su trayectoria en el Everton, Moyes – a quien Ferguson calificó hoy de «un hombre de gran integridad»– ha demostrado que es un hombre de club, preocupado por la formación de jugadores y con experiencia en proyectos a largo plazo.
Moyes, de 50 años y que firmará por seis temporadas con los «diablos rojos», fue el entrenador que dirigió a Wayne Rooney al inicio de su carrera profesional, que comenzó en el Everton en 2002, antes de que el internacional inglés fichara por el United en 2004.
Casi diez años después, el técnico escocés seguirá el mismo camino que su antiguo pupilo y se reencontrará con él en un vestuario con otras estrellas como el holandés Robin Van Persie y el galés Ryan Giggs.
La relación entre Moyes y Rooney, a quien algunos rumores sitúan lejos de Manchester la próxima temporada, se enfrió en 2006, cuando el futbolista publicó unos extractos de su autobiografía en los que revelaba conversaciones privadas con su antiguo técnico, que ganó el caso en los tribunales.
El preparador escocés se inició en el mundo del fútbol como jugador de la mano de su padre, un profesor universitario que se dedicaba también a entrenar al Drumchapel Amateurs, el club semiprofesional en el que Moyes comenzó su carrera y por el que también había pasado, años antes, Ferguson.
En 1980, con 17 años, se unió como defensa central al Celtic de Glasgow, con el que ganó una liga escocesa, en 1982, y jugó allí durante tres años hasta que pasó al Cambridge United.
Durante su trayectoria como jugador, que concluyó en 1998 en el modesto Preston North End, pasó por siete equipos y acumuló más de 540 partidos oficiales.
A los 35 años, tras una vida ligada al fútbol desde que era adolescente, Moyes aprovechó la oportunidad que el brindaron en el club de Preston, en el condado inglés de Lancashire, para comenzar una carrera como técnico.
Moyes devolvió la confianza que habían depositado en él logrando un ascenso a la segunda división inglesa en su tercer año como entrenador y quedó a un solo paso del ascenso a la Premier en la siguiente temporada.
Sus logros no pasaron inadvertidos para los clubes de la primera división y en marzo de 2002 tomó las riendas del Everton, un conjunto que veía cerca el abismo del descenso.
En nueve jornadas, Moyes aseguró la salvación del equipo e inició una remodelación que llevaría al conjunto de Liverpool a éxitos antes nunca vistos en el Goodison Park.
Los aficionados del Everton olvidaron pronto la época en la que sufrían por el descenso cada temporada y, sin que el presupuesto de su equipo se hubiera incrementado de forma significativa, pasaron a ser un conjunto que luchaba por las plazas europeas de la Premier.
En 2005 se clasificaron para la Liga de Campeones y en 2007, 2008 y 2009 para la Copa de la UEFA y la Liga Europa, mientras que también en 2009 alcanzaron la final de la Copa de Inglaterra (FA Cup), que perdieron ante el Chelsea (2-1).
En las últimas tres temporadas, el Everton ha quedado entre los diez primeros de la tabla, si bien no ha logrado volver a clasificarse para las competiciones continentales. Esta campaña ocupa la sexta posición a falta de dos jornadas para que concluya el campeonato. EFE