“Soy un pívot de la NBA de 34 años. Soy negro. Y soy gay”. Así comienza la carta publicada por el jugador Jason Collins en el próximo número de la revista Sports Illustrated, un movimiento para dar a conocer públicamente su homosexualidad, el primer caso reconocido en el baloncesto profesional estadounidense.
“No me propuse ser el primer atleta abiertamente gay que compite en un gran deporte de equipo estadounidense. Pero como lo soy, estoy contento de comenzar la conversación. Desearía no ser ese niño de la clase que levanta la mano y dice: ‘Soy diferente’. Si fuera por mí, preferiría que otros hubieran dado antes este paso. Nadie lo ha hecho, y por eso levanto la mano”, dijo el jugador.
“Mi viaje de autodescubrimiento y autoreconocimiento comenzó en mi ciudad natal, Los Ángeles, y eso me ha llevado a dos campeonatos en el instituto, a la Elite Eight, una Final Four de la NCAA –Liga Universitaria– y en nueve ocasiones a los playoffs en 12 temporadas de la NBA”, sostuvo muy orgulloso.
“Puedo hacer lo que quiera. Y lo que quiero es continuar jugando al baloncesto. Aún amo este deporte y aún tengo algo que ofrecer. Mis entrenadores y compañeros lo reconocen. Al mismo tiempo, quiero ser genuino, auténtico y honrado”, agregó ilusionado.
La misiva, dada a conocer ayer por la publicación en su edición digital, ha provocado un sinfín de reacciones, desde la propia NBA y el expresidente Bill Clinton, buen amigo del jugador de baloncesto.
“Hemos conocido a la familia Collins desde que Jason se unió a la NBA en 2001 y han sido miembros ejemplares de esta familia”, dijo el comisionado de la NBA, David Stern, en un boletín. Por su parte, Clinton sostuvo que conoce a Collins personalmente puesto que fue compañero de clase de su hija, Chelsea, en la Universidad de Stanford.
“Su anuncio de hoy es un momento importante para el deporte profesional y para la comunidad de gays”, indicó el exmandatario.