El satélite, un cubo de 10 por 10 centímetros con paneles de 75 centímetros y un peso de 1,2 kilogramos, transmitirá desde una distancia de 650 kilómetros de la Tierra imágenes y datos.
La operación de lanzamiento será transmitida por una cadena de televisión del país y tendrá como uno de sus protagonistas al astronauta ecuatoriano Ronnie Nader, director de la Agencia Espacial Civil Ecuatoriana (EXA) responsable de la iniciativa.
El pequeño satélite, diseñado, construido y probado durante un año, está hecho de aluminio, titanio, oro, plata y platino, entre otros materiales.
En la elaboración del «Pegaso» y su gemelo, «Krysaor«, que se lanzará en agosto próximo desde Rusia y cuya construcción tomó unos dos meses, la Exa y la empresa privada invirtieron 80.000 dólares.
A esa cantidad hay que sumar los alrededor de 700.000 dólares aportados por el Estado ecuatoriano para el lanzamiento, seguros, logística y pruebas de certificación de ambos satélites.
Los dos satélites hechos en este país andino tienen básicamente una función educativa y se prevé que emitan en vivo desde el espacio. «Son los dos primeros nano satélites en hacer eso, entonces es una prueba de tecnología», según Nader.
La señal de vídeo se transmitirá a escuelas donde los niños podrán ver «en vivo» la «tierra desde el espacio», e incluirá también un proceso de instrucción, pues el «Pegaso» emitirá señales en clave que al ser descifradas se transforman en texto e imágenes sobre la historia espacial.
«Esa es nuestra forma de incentivar una nueva generación de ingenieros y científicos en el campo espacial», comentó recientemente Nader a Efe en una entrevista.
Pero el proyecto abrió una nueva puerta pues al probar y certificar los satélites para vuelo espacial, dos empresas europeas se aproximaron a EXA para firmar cartas de intención relacionadas con la posibilidad de construir una fábrica de satélites y partes de los mismos para abastecer al mercado latinoamericano y para montar un puerto espacial.
«Faltan años» para concretar la situación, aclaró Nader al señalar, no obstante, el interés que ha despertado el tema tecnológico: «ellos (empresas europeas cuyos nombres no reveló) nos buscaron a nosotros, no nosotros a ellos». EFE