El holandés Robin Van Persie, que lucha por redondear la temporada convirtiéndose en el máximo goleador del campeonato, ha liderado esta campaña a un equipo que ha logrado deshacerse del mal sabor de boca que le dejó la anterior, cuando sus vecinos del Manchester City le arrebataron el título en la última jornada.
En esta ocasión no hubo rival para el United, que ha vivido en las últimas semanas un trayecto tranquilo en el torneo, con el título casi asegurado, y que ha compensado así a sus aficionados por la amarga eliminación ante el Real Madrid en los octavos de final de la Liga de Campeones en una temporada en la que se sentían con fuerzas para ganarlo todo.
Acertó Van Persie cuando el pasado verano decidió dejar el Arsenal, a sus 29 años, para tratar de ganar en la recta final de su carrera los títulos que no había podido levantar con los «gunners» en los últimos tiempos.
A su lado ha estado la otra estrella del equipo, el inglés Wayne Rooney, así como una amplia plantilla que ha permitido al United llegar fresco a los últimos encuentros del curso y en la que comparten vestuario futbolistas históricos del fútbol inglés como el veterano galés Ryan Giggs, en activo cerca de cumplir 40 años, y el joven Danny Welbeck, pieza habitual en la selección inglesa con 22 años.
La posibilidad de hacer rotaciones y dar descanso a sus estrellas le ha permitido a Ferguson, incuestionable en el banquillo de Old Trafford a sus 71 años, perfeccionar esta temporada el estilo pragmático, que combina un ataque afilado con una defensa sólida y poblada, en el que ha adiestrado a sus jugadores en las últimas décadas.
El escocés llegó a Manchester en 1986 y es uno de los entrenadores que más años se ha mantenido al frente de un club de primera línea del fútbol europeo.
A lo largo de las 26 temporadas en las que su cabello se ha ido emblanqueciendo en la banda del «Teatro de los sueños«, los aficionados de los «diablos rojos» han sabido perdonar cualquier altibajo a un técnico que devolvió al primer nivel a un equipo que llevaba más de una década sin un rumbo claro cuando él tomó las riendas.
El United tardó quince años en encontrar a un sucesor para el legendario Matt Busby, que había dirigido el equipo desde 1945 hasta 1971.
Cuando llegó Ferguson, los hinchas supieron que era el entrenador adecuado y depositaron en él la misma confianza de la que había disfrutado Busby: las gradas tuvieron paciencia a pesar de que el escocés tardó cuatro años en levantar su primer título, la Copa de Inglaterra (FA Cup) de 1990.
Al año siguiente, el equipo conquistó la Recopa de Europa, mientras que la espera para hacerse de nuevo con un título de liga terminó en 1993, tras 26 años de sequía, cuando la llegada del francés Éric Cantona cambió definitivamente el rumbo del equipo.
Ese título inauguró una de las etapas más memorables de un club fundado en 1878 y que hoy alcanzó el último de sus éxitos, su vigésimo campeonato inglés, para distanciarse del Liverpool, al que superó como equipo más laureado en la liga en 2011.
El United acumula además en sus vitrinas tres Ligas de Campeones -la moderna Copa de Europa-, que conquistó en 1968, 1999 y 2008, una Reocopa, la de 1991, y una Supercopa, que ganó aquel mismo año.
El Manchester United, que mantiene a Bobby Charlton como el máximo goleador de su historia, con 249 tantos, han conquistado en once ocasiones la Copa de Inglaterra y cuatro veces la Copa de la Liga (Capital One Cup). EFE