El futbolista mordió ayer el brazo del defensa del Chelsea Branislav Ivanovic en el partido que enfrentó a los «reds» contra el Chelsea y que terminó en tablas (2-2) gracias a un gol en el último minuto del uruguayo.
La acción, a la espera de una investigación por parte de la Federación inglesa (FA, por sus siglas en inglés), ya le ha costado una multa por parte del Liverpool, según anunció hoy el jugador en su cuenta de Twitter.
Ivanovic, al que Suárez pidió disculpas por teléfono, no presentará una denuncia contra el delantero «red» ante la policía, que habló personalmente al respecto con el defensa serbio, según informó en un comunicado.
La cuantía económica de la sanción interna no se desveló, aunque Suárez, de 26 años, dijo que espera que se done el dinero de la multa a las familias de las víctimas de la tragedia de Hillsborough, ocurrida en 1989 y en la que murieron 96 hinchas del Liverpool.
Su club ha tenido que salir al paso de la polémica al asegurar que Suárez seguirá hasta el final de su contrato en 2016 después de que los medios pusiesen en duda el futuro del delantero, nombrado la semana pasada mejor jugador del año por la Asociación de Jugadores Profesionales del Reino Unido y que hoy le ofrecía asesoramiento para controlar su ira.
Periódicos como «The Guardian» destacaban las declaraciones del técnico del club inglés, Brendan Rodgers, quien calificó la acción de «inaceptable» y aseguró que «ningún jugador o entrenador es más grande que el Liverpool».
Según la agencia Press Association, el Liverpool ha recibido llamadas pidiendo el despido del que es un jugador imprescindible en Anfield y máximo goleador de la Premier League con 23 goles (lleva 30 esta temporada entre todas las competiciones).
No obstante, el director ejecutivo del Liverpool, Ian Ayre, que tuvo que cancelar un viaje de promoción a Australia, aseguró hoy tras conocerse la sanción económica que el deseo del club es que Suárez permanezca en sus filas al menos hasta que cumpla con los cuatro años por los que renovó el pasado verano.
El uruguayo ha recibido, pese a todo, el aviso de Rodgers, quien aseguró que «los futbolistas son siempre reemplazables pese a lo buenos que se crean» y que la historia del Liverpool se basa «en el respeto y en cómo se trata a la gente».
Por su parte, el antiguo extremo del Liverpool John Barnes tildó hoy en la BBC de «ridículo» plantear la salida de Suárez de Anfield: «He oído que no debería jugar más con el Liverpool y también que echa por tierra el nombre del club, lo que es ridículo, ya que solo echa por tierra su propio nombre», apuntó el exfutbolista anglo-jamaicano.
Adorado por la afición de Anfield por su calidad y detestado en muchos estadios ingleses debido a sus numerosas polémicas, Suárez llegó al Liverpool en enero de 2011 procedente del Ajax de Amsterdam por 26 millones de euros.
El incidente protagonizado ayer es el último de una larga lista a lo largo de su carrera pues, desde que llegó al Liverpool hace dos años, su rendimiento como delantero se ha visto eclipsado varias veces por su actitud en el campo.
El episodio más reciente tuvo lugar a principios de año, cuando el uruguayo confesó haberse tirado deliberadamente para forzar un penalti en un partido contra el Stoke el pasado octubre.
Su momento más complicado en Inglaterra fue, no obstante, en octubre de 2011, cuando se le condenó a ocho partidos de sanción y a una multa de 40.000 libras (47.000 euros) por insultos racistas contra el jugador del Manchester United Patrice Evra.
En febrero de 2012, Suárez echó más leña al fuego al negarse a dar la mano al jugador francés antes del comienzo de un partido liguero que enfrentaba a los «diablos rojos» contra los «reds» en Old Trafford. EFE