El Departamento de Justicia informó en un comunicado de los dos cargos impuestos contra Curtis, que le exponen a una pena máxima de 15 años en prisión, 500.000 dólares en multas y tres años de libertad supervisada.
Curtis compareció hoy brevemente ante un juez federal del Tribunal del Distrito en Oxford (Misisipi), esposado y vestido con una sudadera blanca, y asintió cuando la fiscal le preguntó si entendía lo que estaba ocurriendo. El viernes volverá a comparecer en otra audiencia sobre los cargos y la posible fianza.
El sospechoso es un imitador de Elvis Presley que envió las cartas a Obama y a un senador republicano por Misisipi, Roger Wicker, el 8 de abril desde Memphis (Tennessee), la localidad donde murió el «rey del rock».
Su familia aseguró hoy en un comunicado que Curtis ha sido diagnosticado con un trastorno bipolar y que se niega a tomar su medicación. «Tristemente, hemos sido informados de que no tenemos ninguna forma legal para forzarlo a hacerlo», señalaron.
«Nuestra familia confía en que el Gobierno federal pueda hacer algo para proporcionar asistencia para la enfermedad mental de Kevin», indica el comunicado, en el que la familia asegura que no ha recibido «pruebas de las acusaciones» contra Curtis.
El primer cargo en su contra es «depositar conscientemente en el correo y para su entrega desde cualquier oficina postal cualquier carta, papel, escrito o documento que contenga amenazas de arrebatar la vida o ejercer daño físico al presidente de Estados Unidos».
El segundo es «depositar conscientemente y provocar la entrega por parte del Servicio Postal de acuerdo con las direcciones especificadas, comunicaciones dirigidas a otras personas y que contengan una amenaza para herir a la persona o a otros».
Según el documento de acusación, obtenido por Efe y firmado por el FBI y el Servicio Secreto, las cartas dirigidas a Obama, el senador Wicker y una tercera enviada a un juez en Misisipi contenían el mismo texto.
«Nadie quería escucharme antes. Sigue habiendo ‘piezas desaparecidas’. Puede que ahora tenga su atención, incluso si eso significa que alguien debe morir», indica el texto. «Esto debe parar. Ver algo incorrecto y no exponerlo es convertirse en un aliado silencioso de su continuación», prosigue.
Curtis ha sido descrito por conocidos y medios locales como un aficionado a las teorías conspiratorias, y una experiencia en la morgue del hospital local en Tupelo lo llevó a asegurar que había descubierto una conspiración para vender partes del cuerpo humano en un mercado negro.
«Estoy en la primera línea oculta de una guerra secreta», escribió Curtis la madrugada del miércoles en su página de Facebook, de acuerdo con el diario local Northeast Mississippi Daily Journal.
«Una guerra que está generando miles de millones de dólares para organizaciones y gente corrupta y relacionada con la mafia (el mercado negro que cosecha huesos, tejidos, órganos y partes del cuerpo humano)», agregó el sospechoso, que según agentes locales ha enviado más cartas a autoridades en los últimos años.
Tras realizar varios análisis, el FBI confirmó que tanto la carta dirigida a Obama como la enviada a Wicker contenían efectivamente ricina, una toxina cuyo polvo blanquecino es mortal sólo con inhalarlo, si llega al torrente sanguíneo. EFE