Jue. Nov 21st, 2024

Dea Pincay logró fusionar su amor por el deporte y su interés por sus clientes. Practica deporte desde que era niña y hoy ayuda a transformar vidas. Éxito.

16-especial-2Desde que era una niña sintió mucha necesidad de practicar algún tipo de ejercicio y fue por este motivo que en su etapa colegial se acercó al deporte, donde incursionó con éxito en la gimnasia, a través de la cual representó a su centro educativo en algunos campeonatos.
De esta forma, la guayaquileña de 32 años de edad ingresó al mundo del pilates, disciplina que la motivó a convertirse en una empresaria de esta categoría, que busca el acondicionamiento físico en particular de la mujer.
“Desde que tenía 13 años de edad me dediqué al deporte. He practicado todo tipo de ejercicios, que me da el aval para ahora enseñar mi arte a las personas, que más lo necesiten para fortalecer su cuerpo”, recalcó Pincay.
Contó que su actividad cuenta incluso con una certificación en pilates, que la ayudó a cristalizar el sueño de toda su vida como es ser propietaria de un negocio dedicado a estos ejercicios, que lo compagina con su labor dentro de un Ministerio de Gobierno.
“Conozco bastante de este tema. Muchas personas van al gimnasio solo porque les preocupa que tienen algunas libritas de más o de menos, pero nunca se ponen a pensar sobre su verdadero acondicionamiento físico, que debe ir acorde a la biometría del cuerpo”, afirmó Dea.
Aseguró que no se puede hacer ejercicios más de lo que el cuerpo necesita y es donde yo más me he preocupado y por lo cual se ha rodeado de instructores fisioterapeutas, que la ayudan a llevar adelante este reto profesional.
“Me encargo de que el cuerpo de toda persona que ingresa al centro Balance Training Fusión de mi propiedad sea cultivado muscularmente durante 45 minutos y sin lastimarlo. Con paciencia se logran cambios extraordinarios y nunca necesitarán ingresar al quirófano para mejorar su anatomía”, acotó orgullosa.
Dea reveló que esta disciplina la pueden practicar desde niños de ocho años hasta personas de la tercera edad. “Tengo una cliente de 89 años, quien llegó al establecimiento agarrándose de las paredes y luego de seis meses recuperó su estiramiento muscular de manera extraordinaria”, citó.
“En esta disciplina se utilizan todos los músculos para fortalecerlos. Es un ejercicio cardiomuscular de bajo impacto. No se usa la fuerza y tiene como reto inicial conservar la paciencia”, anotó.
Pincay tiene entre sus proyectos ampliar este negocio por todo el país con el fin de convertir esta práctica como una forma de subsistencia. “No busco enriquecerme, sino colaborar para que la gente tenga una mejor calidad de vida”. sentenció.

Por kochoa