9 abr (EFE).- El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) enviará el próximo lunes un equipo de expertos a Japón que revisará sobre el terreno el plan de las autoridades niponas para desmantelar la planta nuclear Fukushima Daiichi.
Así lo informó hoy el OIEA en un comunicado en el que precisa que la misión del organismo ha sido solicitada por el gobierno de Japón.
Centrada en revisar el plan a mediano y largo plazo del desmantelamiento de las unidades 1 a 4 de la central de Fukushima, así como su puesta en práctica, la misión se llevará a cabo del 15 al 22 de abril.
El equipo del OIEA, integrado por doce especialistas nucleares internacionales, se reunirá con funcionarios japoneses y expertos de la operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), además de visitar la sede de Fukushima Daiichi.
Finalmente, el día 22 informará a la prensa en Tokio sobre los primeros resultados preliminares, se anuncia en la nota.
El organismo puntualiza que se trata de la primera de un programa de dos misiones del OIEA para ayudar a Japón a desmantelar los reactores dañados en la citada planta, que tras el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 sufrió el peor accidente nuclear, desde el de Chernóbil (Rusia) en 1986, en el mundo y la historia.
Más de dos años después, varios incidentes, el último el pasado viernes, han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la central atómica.
El pasado sábado, TEPCO informó de que se habían detectado hasta 6.000 becquereles de radiación por metro cúbico en agua encontrada entre las láminas impermeables de los tanques y el suelo en Fukushima.
La operadora advirtió de que no descartaba que se hubiese producido una nueva filtración al exterior de cerca de 120 toneladas de agua radiactiva provenientes de los tanques del depósito subterráneo de la planta.
Ese incidente se produjo sólo semanas después de que un problema en el suministro de energía desactivara los sistemas de refrigeración de las piscinas de combustible gastado de las unidades 1, 3 y 4, que el Gobierno decretó en estado de «parada fría» en diciembre de 2011.
Las piscinas, que almacenan centenares de barras de combustible nuclear gastado a altísimas temperaturas, deben mantenerse refrigeradas con sistemas de circulación de agua para evitar que el líquido en su interior se evapore y que las barras puedan emitir radiación a la atmósfera. EFE