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Afganistán31 mar (EFE).- El presidente afgano, Hamid Karzai, se reunió hoy en Doha con el emir catarí, Hamad bin Jalifa al Zani, para analizar la posible apertura de una oficina de los talibanes en ese país que permita iniciar el diálogo con los insurgentes.

Ambos responsables abordaron los lazos bilaterales y medidas para consolidarlos, además de otros asuntos de interés común, informó la agencia oficial de noticias catarí QNA, que no dio más detalles sobre el contenido de las conversaciones.

Tras aterrizar la víspera en la capital de Catar, Karzai adelantó en declaraciones a los periodistas que uno de los asuntos de la reunión sería el futuro establecimiento de una oficina de los talibanes en Doha, lo que «facilitaría» el inicio del proceso de paz en Afganistán.

Al encuentro con el emir asistieron el primer ministro y titular de Asuntos Exteriores, Hamad bin Yasem, y otros miembros del Gobierno catarí, así como integrantes de la comitiva que acompañaba al presidente afgano.

Karzai viajó al frente de una delegación que incluía a los titulares de Exteriores y de Seguridad Nacional, así como a la cúpula del Consejo de Paz afgano.

A continuación, el emir ofreció un banquete en honor de Karzai, que puso fin a su visita oficial de dos días a este rico reino del Golfo Pérsico.

En el aeropuerto internacional de Doha, el mandatario afgano fue despedido por el ministro de Estado catarí, Abdalá bin Jalifa al Atiya, y el encargado de negocios afgano en Catar, Mohamed Qasim Himat, entre otros.

Algunos medios de comunicación afganos habían apuntado la presencia en Doha de elementos «moderados» de los talibanes, pero uno de sus portavoces, Zabiulá Muyahid, desmintió cualquier cita con Karzai.

Hasta el momento los líderes talibanes han negado tener contacto directo con Karzai, al que consideran un títere de Washington.

Por su parte, Estados Unidos ve con buenos ojos el inicio de un proceso de paz entre ambas partes, teniendo en cuenta sobre todo la salida de las tropas internacionales prevista para finales de 2014.

En los últimos años se han sucedido sin éxito diversas iniciativas de diálogo entre el movimiento integrista talibán, la comunidad internacional y las autoridades afganas para encontrar una salida al conflicto, que vive actualmente uno de sus episodios más sangrientos.

Un proceso liderado por Kabul resultó seriamente afectado a finales de 2011 con el asesinato en un atentado suicida del expresidente Burhanudín Rabbani, que dirigía el Consejo de Paz afgano encargado de pilotar las negociaciones.

EEUU lo intentó unilateralmente a principios de 2012 mediante encuentros también en Catar, pero los talibanes pusieron fin a este diálogo al cabo de un par de meses alegando que Washington no mostraba un compromiso serio.

En los últimos meses, el Gobierno afgano ha optado por interactuar con el del vecino Pakistán, a cuyo aparato de seguridad acusa de ofrecer apoyo encubierto a varias facciones insurgentes que operan en Afganistán.

Paralelamente, Karzai anunció en una conferencia tripartita el pasado febrero entre Afganistán, Pakistán y el Reino Unido que intentaría abrir una nueva vía de diálogo con los talibanes en Catar.

Más de once años después de la invasión estadounidense y la caída del régimen talibán, los nuevos esfuerzos por impulsar las negociaciones de paz se producen en medio de tensiones entre Kabul y Washington por el papel de las tropas extranjeras en el país.

El presidente afgano había dicho a principios de mes que la misión aliada, ISAF, coopera con los talibanes como estrategia para promover la presencia internacional más allá de 2014, y días después la OTAN, que comenzó a retirarse del país en 2011, calificó la idea de «ridícula».

En su reciente visita a Afganistán, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, garantizó el apoyo a la misión aliada que permanezca en el territorio más allá de 2014 para tareas de «entrenamiento, consejo y asistencia». EFE

Por sfeijoo