La sociedad ecuatoriana ha sido sacudida por la muerte de una joven quiteña de 20 años. Se trata de un caso de feminicidio en el que los presuntos autores del crimen son conocidos de la víctima.
Su cuerpo sin vida fue encontrado con señales de golpes en la cabeza y estrangulamiento tras una búsqueda de varios días emprendida por sus familiares.
En este momento hay cinco jóvenes detenidos, quienes la noche del crimen compartían con Karina una reunión social.
La joven habría sido agredida sexualmente y luego asesinada.
Según los indicios en las declaraciones del proceso legal, tres de los detenidos habrían tenido implicación más directa en su muerte.
Los familiares de Karina han organizado varias marchas en Quito desde la fecha del asesinato, el 20 de febrero.
A esta iniciativa se han sumado allegados de otras víctimas de feminicidio en el país. Una nueva marcha se planifica para los próximos días.
Todo esto sucede mientras crece la atención nacional sobre el caso y avanzan las investigaciones.
Pero, ¿qué ha permitido que este caso alcance un alto impacto en la sociedad ecuatoriana?
Para José Luis del Pozo, primo de Karina, la difusión del hecho a través de redes sociales y los medios de comunicación ha sido importante para llamar la atención frente a la problemática del feminicidio.
«Creemos que este es un caso estandarte para que salgan a la luz otros casos que han estado archivados», dijo el familiar de Karina.
Los familiares de Karina del Pozo están organizando marchas como una forma de concientizar a la sociedad ecuatoriana.
Ecuador no posee estadísticas oficiales de carácter nacional sobre la incidencia del feminicidio en el país.
Pero se han hecho estudios específicos sobre el tema.
En 2010, la Comisión de Transición hacia el Consejo de las Mujeres y la Igualdad de Género analizó 170 homicidios registrados en cuatro ciudades del país: Quito, Guayaquil, Portoviejo y Esmeraldas.
De este total, el 77% correspondía a feminicidios, según lo cita la investigación Las Rutas de la Impunidad, un reciente estudio sobre feminicidio difundido por el Centro de Atención y Ayuda para la Mujer, CEPAM-Guayaquil.
El propio CEPAM identificó en la Fiscalía de la provincia del Guayas, 137 crímenes de mujeres entre 2010 y 2012. De ellos, 46 casos son considerados como feminicidios.
Lita Martínez, integrante del CEPAM-Guayaquil, dijo a BBC Mundo que la respuesta del Estado ecuatoriano a través de la policía, los fiscales y jueces no es la más adecuada frente a la problemática del feminicidio.
«El mismo abordaje que hace la policía, los administradores de justicia, está cargado de prejuicios, tabúes, conocimientos y desconocimientos», señaló Martínez.
Tipificar el feminicidio
«Queremos que se haga justicia frente al caso de Karina, pero también invitamos a unirse a la ciudadanía que tiene o ha tenido temas similares a los nuestros», María Fernanda del Pozo, familiar de la víctima
«Tipificar al femicidio permite que pueda ser evidenciado y sancionado. No es otra cosa más que evidenciar las muertes que son palpables, pero no porque la muerte de la mujer tenga mayor prevalencia que la muerte de un hombre», explica Lita Martínez
Martínez agregó que lo que marca el feminicidio es la saña, el odio y la premeditación, pero sobre todo que viene de un proceso de violencia anterior.
«El alto índice de femicidios ha obligado a que se lo evidencie», manifiesta Lita Martínez.
Y mientras el debate sobre el feminicidio entra a la Asamblea Nacional, los familiares de Karina del Pozo continuarán buscando crear conciencia en la sociedad sobre su caso y los de otras mujeres asesinadas.
«Queremos que se haga justicia frente al caso de Karina, pero también invitamos a unirse a la ciudadanía que tiene o ha tenido temas similares a los nuestros», concluye María Fernanda del Pozo, familiar de la joven quiteña asesinada