El papa Francisco ofició la misa del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro del Vaticano ante varias decenas de miles de fieles.
Miles de personas asistieron en la plaza del Vaticano a la procesión de las Palmas del Domingo de Ramos, que por primera vez preside el papa Francisco y que abre los ritos litúrgicos de la Semana Santa.
Olivos centenarios traídos de la sureña región italiana de Puglia y palmas procedentes de Sanremo (Italia) adornan la plaza vaticana, donde entró el pontífice argentino en medio de los aplausos de los presentes, que llevan ramas de olivo.
Francisco, revestido con ornamentos rojos y con el báculo llevado por un ayudante, presidió la procesión, que salió del palacio pontificio y se dirigió hacia el obelisco de Sixto V instalado en el centro de la plaza vaticana.
En su sermón, el pontífice denunció las guerras, los conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero y de poder, la corrupción, los crímenes contra la vida humana y contra la creación y dijo que con Cristo se puede vencer el mal.
“No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por el desánimo”, manifestó.
Jornada Mundial de la Juventud
El papa Francisco anunció ayer que viajará a Río de Janeiro para la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en esa ciudad brasileña del 23 al 28 de julio, y que tiene como lema “Id y haced discípulos a todos los pueblos”. “Ahora estamos ya cerca de la próxima etapa de esta gran peregrinación de la cruz de Cristo”, declaró.