Francisco es el primer papa jesuita y latinoaméricano de la historia y esta designación tiene un trasfondo más poderoso del que se puede percibir a simple vista.
La tarde del miércoles la mayoría de países del planeta estuvieron conectados con el Vaticano y al abrirse las cortinas vieron el rostro de esa persona nacida en nuestro olvidado continente.
Dejando a atrás a representantes de Europa y Asia, el gaucho fue elegido como representante de Pedro en nuestra tierra.
Retos, difíciles decisiones, desordenes dentro de la iglesia son el reto a asumir por el argentino, pero distinto a lo que se creía y dejando de lado el historial del excardenal, la mayoría de católicos ven en él un verdadero cambio para su fe. Apoyo y oración es lo que necesita el nuevo pontífice.