Vie. Sep 20th, 2024

En 2005, el arzobispo de Buenos Aires pidió a los cardenales electores que no lo voten y quedó detrás del alemás; hoy, deberá convivir con Benedicto XVI como Papa emérito.

papa panchitoTodo comenzó con una historia que ya hoy es por demás conocida. Una rivalidad no buscada en medio de votaciones secretas. Fue cuando el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, en medio de una reñida votación para elegir al nuevo papa, decidió dar un paso al costado para que el otro -Joseph Ratzinger– se convierta, nada menos, que en el 255° jefe de la Iglesia Católica.

Ocurrió en 2005, en el cónclave que siguió a la muerte de Juan Pablo II. Según reveló el periodista Marco Tosatti, vaticanista del diario La Stampa, Bergoglio, entonces de 70 años, pidió a sus «patrocinadores» que se abstuvieran de elegirlo. El resultado final fue de conocimiento público: el cardenal argentino quedó segundo en las votaciones, detrás de quien se convirtió en Benedicto XVI.

Esa nota de El Mundo, que demuestra que las normas de secreto absoluto que imperan durante el cónclave so pena de excomunión se diluyen con el tiempo, detalla cómo fueron las elecciones previas a la cuarta, en la que finalmente un cardenal consiguió la mayoría de dos tercios de los presentes.

Ratzinger había liderado la primera votación con 47 votos, seguido por Bergoglio, con 10. En la segunda, 30 votos separaron al primero del segundo (65 papeletas del alemán frente a los 35 del argentino), mientras que en la tercera, Ratzinger quedó muy cerca de los dos tercios necesarios.

Tras la tercera votación, al igual que esta mañana, hubo un receso, en el cual Bergoglio había emitido su pedido «casi entre lágrimas». Finalmente, la cuarta votación terminó con Benedicto XVI como el nuevo papa, después de que Ratzinger obtuviera 84 votos, frente a 26 del argentino.

Cuando volvió a Buenos Aires, el jesuita continuó como arzobispo y un año después asumió como presidente del Episcopado, hasta 2011.

Sin embargo, el 17 de diciembre de 2011, al cumplir 75 años, Bergoglio presentó su renuncia al arzobispado de Buenos Aires por alcanzar el límite de edad, según lo determina la ley eclesiástica. Pero, como era previsible, su ex rival en las urnas pontificias no aceptó la renuncia, sino que prorrogó su mandato por dos años, para dejar en claro la buena relación del arzobispo porteño con el Vaticano y como muestra de reconocimiento hacia su labor en el país.

Fuente: La Nación

Por kochoa