Las calles de Caracas son testigos silenciosos del dolor de los seguidores del comandante Hugo Chávez. Portando banderas y carteles de su máximo representante, sus seguidores aseguran que este no murió pues vive dentro de ellos. Tal como rezan las sagradas escrituras, estas personas aseguran que su “amigo y confidente”, vive en su interior pues su amor es más grande que la fatídica muerte. El adiós corpóreo, aseguran no los alejará de esa meta de vida que Hugo les dejó. Maduro para ellos es el hijo del gran padre que debe continuar el legado y hacer que este se cumpla de tal manera que Chávez desde el cielo pueda vigilar su cumplimiento. Existen personas que desde el momento de la noticia letal no han dejado de lamentarse, pero señalan que este no es el fin, es otro comienzo.