21 feb (EFE).- Un niño israelí de 12 años enfermo de cáncer vive en un monasterio budista en Tailandia desde que sus padres lo dejaron allí, para que se curara de la enfermedad y no sufriera nuevas recaídas, según un caso descubierto por unos turistas israelíes y que estudian las autoridades del país.
El caso salió a la luz esta semana en un reportaje emitido por el Canal 2 de la televisión israelí.
El reportaje describe cómo un grupo de turistas israelíes en Tailandia quedaron atónitos al descubrir que un niño, con la cabeza rapada y ataviado con el característico uniforme de monje budista de color naranja, comenzó a hablarles en hebreo y les confesó que vivía en el monasterio desde hace aproximadamente un año.
El canal muestra extractos de un vídeo casero grabado por los propios turistas en el que aparece el menor, con su rostro difuminado, vestido de monje y dialogando con el grupo.
El medio entrevistó telefónicamente a la progenitora, que explicó que su hijo vivía en ese centro de meditación en Tailandia tras haber padecido un enorme sufrimiento en el hospital israelí donde lo trataron de la leucemia que se le diagnosticó a los 3 años y posteriormente a los 9, cuando sufrió una recaída.
Los padres del menor siguen una corriente de meditación y defienden que su hijo no ha vuelto a recaer gracias a la ayuda de uno de los sabios del monasterio budista.
Interpelada por el medio sobre si quienes atienden a su hijo son médicos convencionales, la madre respondió que no practican la medicina convencional, pero que su hijo no ha vuelto a recaer.
«Cualquiera que no haya vivido en una unidad oncológica durante cuatro años y haya visto que los niños no la abandonan, cómo la quimioterapia perjudica su desarrollo y su sufrimiento, entonces no debería juzgarme», se defendió.
«Mi hijo ha estado sano durante un año. Está aprendiendo, crece y será un hombre maravilloso», abundó.
Por el contrario, el hospital donde fue tratado el menor sostiene que si el niño superó la última recaída de la leucemia y pudo viajar a Tailandia fue gracias a los tratamientos seguidos en el centro médico.
Asimismo, los médicos recomiendan su regreso inmediato al país para hacer un seguimiento de su estado de salud y verificar que la enfermedad no se ha reproducido.
El Ministerio de Asuntos Sociales israelí trata de mediar con los padres y ha solicitado a la Cancillería que envíe a algún emisario a Tailandia para que pueda seguir la situación, indica el diario Haaretz.
Los turistas que descubrieron el caso, pusieron al tanto a la Embajada de Israel en Bangkok, y la Cancillería confirmó el miércoles que verificó la historia con la madre del niño y luego informó a Asuntos Sociales.
En su defensa, los progenitores alegan que durante el año que lleva en Tailandia el menor estuvo buena parte del tiempo acompañado por algún familiar y que se encuentra bien física y psíquicamente.
Los turistas preguntan en el vídeo al niño si echa de menos Israel y si no le gustaría regresar, a lo que éste responde que sí, aunque apostilla: «Ya me he acostumbrado». EFE