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19 feb (EFE).- Quito inauguró hoy el aeropuerto con la pista más grande de América Latina, según su Ayuntamiento, el cual costó 630 millones de dólares y dejó para la historia el que operó desde 1960, que terminó rodeado por la ciudad y ahora se convertirá en un parque.

La remoción de tierras del nuevo aeropuerto comenzó en 2006 y, tras un proceso que incluyó paralizaciones y renegociaciones de contratos, se inauguró hoy sobre una extensión de 1.500 hectáreas, frente a las 126 del antiguo, uno de los más complicados para el aterrizaje y despegue en América Latina por su ubicación geográfica.

Situado a 2.400 metros sobre el nivel del mar, el nuevo aeropuerto, con una pista de 4.100 metros, facilitará vuelos directos hacia lugares como Madrid, Amsterdam, Sao Paulo y Nueva York.Rafael Correa

Eso era impensable en el aeropuerto enclavado en la ciudad pues los aviones debían despegar con media carga de combustible debido a su gran altitud, 2.800 metros sobre el nivel del mar, y su corta pista.

En la ceremonia de inauguración, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, apuntó hoy que de los once accidentes aéreos registrados en los últimos treinta años, seis pudieron evitarse con una pista más larga.

Por su parte, el alcalde de Quito, Augusto Barrera, destacó que era imposible mejorar la capacidad operativa del antiguo aeropuerto, que además ha impedido la existencia de edificios de gran altura en la ciudad, algo que ahora cambiará.

Toda la estructura de los edificios del nuevo aeródromo está calculada para soportar un terremoto de 9 grados en la escala de Richter, algo importante en un área sísmica como Ecuador, y puede resistir un incendio de hasta 700 grados de temperatura.

Equipado con tecnología de última generación para el control de tráfico aéreo y con una torre de control de 41 metros de alto, el nuevo aeropuerto tiene aún planes de crecimiento, incluida una segunda pista.

Para Correa, la construcción del aeropuerto representa «los cambios profundos y la transformación» del país, que «nada ni nadie podrá detener», según dijo en la ceremonia.

Añadió que no se trata de un proyecto aislado, sino que es parte del sistema de movilidad que apunta al «desarrollo económico del país entero».

Correa dijo que desde 2009 hasta 2012 su Gobierno ha invertido más de 220 millones de dólares en la construcción y mejora de aeropuertos en todo Ecuador.

Para el gobernante, el nuevo aeropuerto puede incluso aportar a la integración regional y ser parte de ejes multimodales y transoceánicos en el desarrollo de la Cuenca del Pacífico.

Correa, que el pasado domingo ganó la reelección, con lo que estará en el cargo hasta el 2017, aseguró que el suyo es un Gobierno de «izquierda moderna» y dio la bienvenida a la inversión privada, pero «en función del bien común y de los objetivos sociales».

El nuevo aeropuerto está localizado en un valle aledaño a Quito, en el sector de Tababela, a unos 18 kilómetros del centro de la capital y llegar allá en una jornada sin mucho tráfico puede tomar alrededor de una hora y media.

Barrera sostuvo que el año que viene se terminará el complejo vial de acceso al aeropuerto, al que actualmente se llega por carreteras frecuentemente congestionadas.

Bautizado con el mismo nombre del antiguo, «Mariscal Sucre», el nuevo aeropuerto cuenta con una terminal de carga, de la que carecía el anterior, más zonas de aparcamiento y en el futuro tendrá un edificio con restaurantes y otras zonas administrativas.

El alcalde resaltó que el nuevo «Mariscal Sucre» servirá como un polo económico con la potenciación de la capacidad industrial en sus alrededores y la canalización de turistas.

Un vuelo a Guayaquil de la línea aérea nacional Tame, previsto para las 18.55 hora local de este martes (23.55 GMT), pondrá fin a las operaciones en el antiguo aeropuerto.

Otro vuelo de Tame, con origen en Guayaquil, aterrizará en la nueva pista de Tababela a las 09.00 hora local del miércoles (14.00 GMT), con lo que se dará inicio oficial a sus operaciones. EFE

Por ccarrera