Dom. Oct 20th, 2024

Gerardo Mejía, nacido el 16 de abril de 1965 en Guayaquil, Ecuador, es un cantante de rap que se convirtió en ejecutivo de la industria de la grabación y se dedicó a promover su amor al Creador. Aunque muchos no lo crean, el rapero considera a sus años de éxitosa carrera, como los peores momentos de su vida.

SIMPLE FAMA

«Los temas que antes cantaba no tienen ningún sentido», dijo Gerardo, quien a la edad de 12 años viajó a Los Ángeles para vivir con su familia.Como todo chico de su edad, el intérprete del ‘Michu, Michu’, en ese entonces buscaba popularidad. «A inicios de los 90 me impuse en el mercado internacional con el tema ‘Rico Suave’. Este me llevó a la fama», expresó el cantante, quien añadió, consiguió lo que quería de una manera fácil. «El dinero me cayó de la noche a la mañana. Podía escoger mujeres como los mejores automóviles. Tenía una vida simple, llena de lujos y comodidades», subrayó y agregó, que incluso se puede decir, que pagó para tener un hijo.

«Le comenté a una modelo, con la que estaba saliendo que quería tener un bebé, pero sin compromiso alguno. Ella accedió, ya que conocía del prestigio que gozaba. Le puse un departamento y todo lo necesario para que cuidara de mi hija», indicó Mejía.

TOCÓ FONDO

Lo que nunca se imaginó el rapero, es que la vida le pondría una enorme prueba de fuego.

«Me encantaba pasar el mayor tiempo libre que tenía con mi nena. Cuando no podía hacerlo y salía de gira me llevaba su ropita. Eso me hizo acostumbrarme no sólo al amor de mi hija, si no también al de su madre», sentenció el artista, quien asegura, que poco después se le acabó la fama y se quedó sin nada. «Mis discos ya no se vendían y estaba tan endeudado, que tuve que despojarme de las cosas que había adquirido».

Incluso, dejó el departamento que le rentó a la madre de su hija. «Nos fuimos a vivir donde mis suegros», señaló.

LA MANO DE DIOS

En medio de la desolación y tristeza, Gerardo sacó fuerzas y le pidió al Creador que lo salve.

«Le pedí perdón a Dios, porque no había sido digno de él. Todo lo que me estaba pasando, era fruto de mi comportamiento y ambiciones, que a la larga no te sirven para nada. Jesús no me dejó solo y me levantó. Desde ese entonces le entregué mi vida a Cristo», expresó entre lágrimas.

Gerardo Mejía se casó con Kathy, la madre de sus tres hijos.

«Amó a mi mujer y a la familia que Dios me dio. Siempre trato de llegar a la gente con un mensaje, no regañar ni criticar a nadie», dijo.

En la actualidad se dedica a promover la música cristiana.

«David danzó para Cristo. Yo nunca dejaré de bailar para él», concluyó con emoción Mejía, quien promociona su nuevo material ‘No me podrán vencer’. (BP)

Por elpopular