La renuncia del Papa Benedicto XVI no ha dejado indiferente ni a católicos, ateos o agnósticos, que, tras la sorpresa inicial por la noticia del lunes, sigue centrando las conversaciones en las calles de Roma.
Los romanos y turistas leen los periódicos con grandes portadas sobre la renuncia del Papa el próximo 28 de febrero en las terrazas en un día soleado, a diferencia de la jornada desapacible del lunes en la que un rayo cayó sobre la cúpula de San Pedro.
La imagen de ese fenómeno, captada por el fotógrafo Alessandro Di Meo, de la agencia italiana Ansa y distribuida por la agencia EFE, ha recorrido el mundo por la extraña coincidencia y se ha convertido en una de las fotografías más publicadas en los medios de copmunicación. Muchos católicos no salen de su sorpresa por la dimisión, justo a las puertas de la cuaresma que inicia mañana, miércoles de ceniza.
El mundo se enteró hoy que Benedicto XVI fue sometido hace unos tres meses a una operación de corazón en una clínica del Vaticano para sustituirle un marcapasos. Por ello, muchos sectores comienzan a comprender lo duro que ha sido para un hombre que cumplirá 86 años en abril, presidir los largos actos litúrgicos, las visitas a parroquias, las audiencias públicas y privadas, y los viajes pastorales, entre otros deberes del pontífice.
Por otro lado, el Anillo del Pescador, que simbolizan el poder pontificio y lleva el Papa, será destruido probablemente tras el 28 de febrero, día de la renuncia de Benedicto XVI, afirmó según afirmó el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
El anillo del Papa se destruye cuando muere el Pontífice, pero en esta ocasión, señaló Lombardi, la situación es diferente, “inédita”, ya que el Papa sigue vivo y expertos vaticanos están estudiando la normativa.
Mientras tanto, ya se realizan los preparativos para el cónclave donde se elegirá al nuevo Papa, que se celebrará probablemente entre quince y veinte días después del 28 de febrero. En el concilio católico participarán 120 cardenales del Colegio Cardenalicio vaticano. Muchos religiosos en todo el mundo como Silvio Berlusconi, expresan su convencimiento de que la Iglesia Católica está ya preparada para tener al frente a un papa negro, aunque para algunos, esto también puede ser parte de la ‘profesía del fin del mundo’. EFE.