La desgracía y el horror sorprendió a los chilenos la madrugada del sábado con un terremoto de 8.8 grados en la Escala de Richter. Según los expertos, este sismo fue 50 veces más fuerte que el ocurrido en Haití hace un mes y medio.
El sismo ocurrió a las 3h36 de la madrugada en la ciudad de Concepción y afectó al 80% del territorio. Durante toda la jornada se produjeron al menos 90 réplicas, algunas de ellas de hasta de cuatro grados en la Escala de Richter, agravando así los numerosos daños, que incluyen puentes peatonales caídos, cientos de casas destruidas y barrios enteros inundados por olas gigantes en algunas ciudades costeras.
El Gobierno de Chile declaró zona de catástrofe el territorio afectado, que abarca una larga franja de casi 1.000 kilómetros desde la región de Valparaíso hasta la de la Araucanía, y calificó el fenómeno de «cataclismo de dimensiones históricas».
Según la directora de la Oficina Nacional de Emergencia, Carmen Fernández, el número de fallecidos ya supera los 400 y hay más de 2’000.000 de damnificados.
Una ecuatoriana fallecida
La cadena de televisión ecuatoriana Ecuavisa, informó la noche del sabado, que una mujer ecuatoriana, Ana Celia Vivero Ayoví, de 32 años de edad, habría fallecido en la zona chilena de Talca, como consecuencia del terremoto que sacudió ese país.
La información fue comunicada por los familiares de la mujer en Ecuador, que, a su vez, conocieron la noticia a través de vecinos de la localidad con los que pudieron mantener una conversación telefónica.
El terremoto produjo alerta de tsunami
Un tsunami provocado por el fuerte sismo registrado en Chile mató a cinco personas y puso en alerta a todos los países limítrofes del Océano Pacífico, aunque su fuerza fue menor de lo previsto.
El maremoto atravesó con la velocidad de un avión el mar abierto y provocó alertas en medio centenar de naciones y territorios, desde Alaska hasta Rusia, Australia y la Antártica, además de en la costa sudamericana.
Islas en el Sur del Pacífico y el estado de Hawai ordenaron evacuar las zonas costeras, pero las olas no alcanzaron la altura que se preveía y no se registraron daños significativos excepto en Chile.
En el archipiélago chileno de Juan Fernández, a unos 600 kilómetros del continente, una ola gigante azotó el pueblo de San Juan Bautista y causó las muerte de cinco personas, mientras que otros once residentes están desaparecidos, según las autoridades.
Perú, Ecuador, México y América Central se pusieron en alerta por el tsunami, pero las olas no subieron al nivel previsto y los países latinoamericanos retiraron los avisos de alarma.
El Gobierno ecuatoriano temía en particular su efecto en las Islas Galápagos, a mil kilómetros al oeste de las orillas continentales, por lo que ordenó una evacuación de las zonas bajas. A pesar de que la señal de alerta pasó, el Instituto Oceanográfico de la Armada sigue monit