De nuevo, los pronósticos se cumplieron, los Ravens llegaron al Mercedes-Benz Super Dome de Nueva Orleans con el mejor mariscal de campo del momento, Joe Flacco, y la mejor defensa de la NFL, ambos factores se hicieron presentes en los momentos decisivos que hicieron posible el triunfo y el conseguir el segundo trofeo Vince Lombardi en la historia de la franquicia de Baltimore.
Flacco, de 28 años, fue el líder perfecto en la primera parte al conseguir tres pases de anotación, que lo dejaron como el sexto mariscal que lo consigue en la historia del Super Bowl y una ventaja parcial de 21-6 al descanso que sería decisiva.
Los Ravens bajo su dirección y la gran defensa, incluido el safety Ed Reed, un nativo de Nueva Orleans, que le interceptó al mariscal de campo de los 49ers, Colin Kaepernick, el primer envío en 170 que habían hecho los legendarios Joe Montana y Steve Young en los cinco Super Bowls anteriores.
Reed empataría la mejor marca de la fase final de la NFL con nueve robos aéreos, mientras que Kaepernick quedaría con la mancha de la interceptación que sufrió.
Sobre el césped artificial del Superdome no había más equipo que los Ravens, que no dieron opción a los 49ers a hacer su mejor juego ofensivo.
El descanso le iba a venir bien a los jugadores de ambos equipos y también a los 71.024 espectadores que llenaron las gradas del Superdome porque tuvieron la oportunidad de disfrutar del fabuloso espectáculo musical que ofreció la cantante tejana Bejoncé, nativa de Houston, que estuvo exhuberante, plena, con su música y energía.
Tanta fue la que puso junto a sus excompañeras Kelly Rowland y Michelle Williams, de su banda «Destiny’s Child», y la que se utilizó para su juego de luces, que a los pocos minutos de haberse reanudado el partido se cortó la energía eléctrica que abastecía a la mitad de la iluminación del campo.
Antes que se diese el ya histórico apagón, el primero en un Super Bowl, el receptor abierto Jacoby Jones también quiso entrar en los libros de las marcas al conseguir nada más comenzar el tercer periodo al regresar 108 yardas de «touchdown» una devolución de balón, la mejor de todos los tiempos.
Todo parecía que estaba ya decidido, pero se dio la interrupción generada por el apagón y el mismo sirvió para que los 49ers recuperasen toda la energía y los Ravens la perdiesen.
Kaepernick y los 49ers vivieron los momentos estelares del partido al conseguir 23 puntos en menos de 13 minutos, 17 fueron consecutivos.
El drama y la emoción hizo acto de presencia en el Superdome al ver un parcial de 31-29, pero fue entonces cuando surgió la calidad y dureza de la defensa de los Ravens, con Lewis a la cabeza e impidieron que los 49ers volviesen a anotar, mientras que ellos lo hicieron con un gol de campo de 38 yardas del pateador Justin Tucker, que sería suficiente para asegurar la victoria.
Lewis, no brilló como en el primer Super Bowl del 2001 cuando ganó el premio de Jugador Más Valioso (MVP), que esta vez le fue con todos los honores a Flacco, al completar 22 de 33 pases para 287 yardas, sin interceptaciones, pero hizo seis derribos y cuatro fueron «placajes» solitarios.
Suficientes para que los Ravens lograsen el segundo trofeo Vince Lombardi en su historia y Lewis pudiese cerrar con broche de oro su legado de 17 temporadas brillantes dentro de la competición de la NFL.
Mientras que la revelación de la temporada Kaepernick confirmó que es un mariscal muy especial, lleno de energía, que corre como nadie, que tiene un dinamismo único, pero que todavía no pudo emular a los legendarios Montana y Young, que lo precedieron al frente de los 49ers en los cinco Super Bowls que disputaron y que consiguieron ganar.
Los jugadores de los 49er, encabezados por el corredor Frank Gore insistieron que su equipo fue mejor como conjunto que los Ravens se aprovecharon de acciones aisladas.
Pero el marcador final estableció que los ganadores fueron los Ravens, por eso dos hermanos, John y Jim Harbaugh, los primeros en la historia de la NFL que dirigieron a los equipos que disputaron un título de Super Bowl, al concluir el partido fueron al encuentro y se dieron un gran abrazo.
John, el mayor, que disfrutó del triunfo con los Ravens, escuchó como su hermano Jim, que había protestado una decisión polémica de los árbitros, que le pudo costar el partido a los 49ers, lo felicitaba de corazón porque el también miembro de la familia Harbaugh también había sido un triunfador.
Mientras que los miles de aficionados que presenciaron el partido salieron del Superdome para seguir la fiesta y la diversión, en el único e inconfundible marco del «Barrio Francés» de Nueva Orleans, que confirmó ser la capital del Super Bowl por excelencia.EFE