Así lo informó el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, que vigila de cerca el comportamiento de los dos volcanes ecuatorianos en actividad.
En el caso del Tungurahua, situado unos 80 kilómetros al sur de Quito, el IG indicó en su último informe que los dos sismos, de 3,1 y 2,3 grados en la escala de Richter registrados ayer por la noche, se debieron a la actividad propia del volcán.
Luego de esos temblores, la red de sismógrafos del Instituto observó un incremento de la actividad debido a la presión y rotura de rocas en el interior del edificio volcánico.
En las últimas 24 horas, el IG ha detectado 10 sismos leves de largo periodo, relacionados con el movimiento de fluidos internos, y ha constatado la caída de ceniza negra y gruesa en Palitahua, una localidad situada en el sur del coloso.
El informe precisa que los dos sismos de anoche se localizaron en el flanco noroeste del volcán, a menos de 12 kilómetros de profundidad, generados por la «presurización y movilización de fluidos» en el interior de la montaña.
Debido a la alta nubosidad en la zona ha sido imposible efectuar observaciones de la superficie del cráter, agrega el informe.
En los primeros días de enero el fenómeno remitió y la actividad sísmica presentó una aparente calma.
Este comportamiento es habitual en el Tungurahua, cuyo proceso eruptivo empezó en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de alta actividad y lapsos de relativa quietud.
Esa señal, de alta energía y baja frecuencia, se mantiene desde el pasado martes y estaría asociada con la movilización de fluidos en el edificio volcánico.
Pese a que la densa nubosidad en la zona ha impedido a los científicos del IG efectuar observaciones del cráter, la información sísmica advierte de la caída de rocas incandescentes por los flancos de la montaña.
El Reventador, de 3.485 metros de altura, generó en 2002 una gran explosión y lanzó al aire millones de toneladas de ceniza que, por efecto del viento, llegaron hasta Quito, ciudad que se tiñó con un manto grueso de ese material.
El Tungurahua y el Reventador, junto al Sangay, se encuentran entre los más activos de Ecuador, que cuenta con más de un medio centenar en toda su geografía, atravesada por el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico. EFE