Ricardo, 35 años. Soy chofer de buses interparroquiales, y he trabajado un lapso de cinco años bajo la coordinación del administrador de la compañía. Él es como mi padre y me ha dado todas las oportunidades para salir adelante. Me ayudó a terminar mi carrera en tecnología mecánica hace poco. El problema nace desde hace un año, cuando comenzé a salir con su hija menor. Tiene 18 años y sin duda es el amor de mi vida. Quiero casarme con ella. Quiero hablar con mi jefe, pero la verdad me resulta difícil explicarle. Él siempre me dió su confianza y no se le hará fácil aceptar la relación que tengo con su hija, por los sueños que él ha planeado para ella.
Mi querido Ricardo:
Te puedo aconsejar que hables con él. Sé muy sincero, agradecele por todo lo que ha hecho por tí. Trata de que entienda tu posición y ofrécele el ciudado de su hija, por el amor que le tienes.