Las campañas electorales se han vuelto en un ir y venir de acusaciones mutuas. Claro está que uno de los mayores recursos de cualquier político es arremeter contra quienes están en el poder.
La pelea entre oficialistas y no oficialistas arancó desde la semana pasada, pero hay algo que rescatar:
Los medios de comunicación no se han visto invadidos por las cuñas a cada rato, así como las calles no se han visto empapeladas como en años anteriores.
Señores candidatos ¿Será que algún día escuchamos ofertas claras y concisas?
¿Hasta cuándo la táctica es agredir al resto para quedar bien? Los argumentos nunca han sido característica de nuestros políticos, aunque quizá esto no sea problema para algunos que votarán con los ojos cerrados.