En el juego de la seducción, es más importante insinuar que decir algo. Los gestos, las posturas, los movimientos con las manos, conforman una serie de coreografías con un objetivo único: seducir a la persona deseada. Si nuestras abuelas utilizaban abanicos, misales, rosarios, mantillas, velos o mantos para atraer la atención de nuestros abuelos, nosotras empleamos zapatos, cinturones, joyas o camisas provocadoras con la misma finalidad. Sedúcelo, siendo muy coqueta. Despertarás su ínteres visual.