Un prisionero de la cárcel del Castillo Huntly, cerca de la ciudad de Dundee en Escocia, fue descubierto con un iPhone detrás de los barrotes, algo que está totalmente prohibido por las normas de la institución penitenciaria. El preso, por nombre Hughes y de 25 años de edad, y con una largo historial de delitos por los que está confinado en la institución penitenciaria, admitió que había introducido el iPhone y el cargador del mismo escondiéndolos en su ano.
No conocemos las medidas exactas del tamaño de Hughes, pero en cualquier caso ocultar un iPhone y su cargador en el ano puede ir de los extremadamente doloroso a lo incómodamente desagradable. Entendemos que para Hughes merecía la pena el esfuerzo.