20 dic (EFE).- El club argentino Tigre presentará hoy en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) una denuncia por presuntas agresiones físicas de agentes de seguridad brasileños contra sus futbolistas en la final de la Copa Sudamericana, disputada el miércoles día 12 de este mes en el estadio Morumbí.
El equipo bonaerense no salió a jugar el segundo tiempo, cuando perdía por 2-0, por las presuntas agresiones ocurridas en los vestuarios y el conjunto paulista fue proclamado campeón del torneo una vez que el árbitro chileno Enrique Ossés suspendió el encuentro.
Fuentes de la Asociación Argentina (AFA) indicaron que su presidente, Julio Grondona, fue notificado el miércoles por el presidente del club, Rodrigo Molinos, sobre los términos de la denuncia.
Miguel Silva, secretario general de la AFA, dijo la semana pasada que es necesario «separar lo que es la violencia de lo que ocurrió en el vestuario».
«Es una constante la violencia y las agresiones que sufren los equipos argentinos cuando juegan en Sao Paulo. Siempre pasa lo mismo y no cambia. Hay que ver cuál es la documentación o los testigos que Tigre presenta, porque son los únicos que saben la verdad, ya que todo ocurrió en los vestuarios», dijo.
El entrenador del Tigre, Néstor Gorosito, afirmó que nunca en su carrera vivió algo parecido a lo ocurrido en el Morumbí.
«Nunca viví algo así. El uruguayo Eugenio Figueredo (secretario de la Conmebol) vio la sangre (de jugadores heridos), el cuarto árbitro también vio todo. Se filmó lo que estaba pasando y no hicieron nada», dijo el técnico bonaerense.
Varios agentes de seguridad «les pegaron a los jugadores. A Albil (portero) le apuntaron con un arma. Algunos estaban con contusiones, otros cortados, una situación que yo nunca viví antes», aseguró.
Los jugadores del Tigre se quedaron «a la buena de Dios», afirmó el centrocampista Martín Galmarini.
«Creo que tomamos la decisión correcta de no salir a jugar el segundo tiempo. Teníamos la sensación de que podía pasar cualquier cosa. Nos sentíamos a la buena de Dios. Una cosa es un palazo, pero otra es cuando muestran un arma. Estaba todo orquestado», dijo el futbolista.
«Antes de que decidiéramos no salir a jugar el segundo tiempo, los brasileños ya estaban dando la vuelta olímpica. Espero que alguien tome cartas en el asunto pero me imagino que intentarán sancionar al Tigre, porque es un club pequeño, y no al Sao Paulo», agregó.
«No me quiero imaginar qué hubiese pasado si marcábamos un gol», mientras que el defensa Mariano Echeverría reconoció que tanto los jugadores, como sus familias y los hinchas lo pasaron «mal» en Brasil, expresó Galmarini.
Los incidentes en la final de la Copa Sudamericana han dañado al fútbol regional, afirmó en Asunción el portavoz de la Conmebol, Néstor Benítez.
«La Confederación está investigando como corresponde este caso, que tanto daño le ha causado al fútbol sudamericano y debe aferrarse a la prudencia para tratar de reunir todos los elementos de juicio sobre este grave hecho», añadió. EFE