Un artículo publicado en uno de los más importantes periódico de los Estados Unidos, afirma miembro de la organización criminal mexicana más sanguinaria del hemimsferio, Los Zetas, estaría detrás de la muerte de la artista Jenni Rivera, en retaliación por haberse negado a ser parte de la amalgama de cantantes que se prestan para lavar dinero a la red criminal.
Jenny habría dado un “no” tajante al ofrecimiento de poner sus finanzas al servicio de la red de blanqueo de dinero por parte de Los Zetas.
Según el artículo publicado en el Hufftinton Post, investigación de la Agencia de Migración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), podría poner al descubierto una entremada y compleja relación entre los cárteles mexicanos de la droga y el supuesto lavado de dinero ilícito a través de los contratos de algunos gruperos y deportistas de élite en los Estados Unidos.
Los Estados Unidos investigan actividades de estos que se enfocan en “comprar campañas políticas nacionales como fuera de territorio mexicano, en clubes, productores musicales que controlan directamente sus volúmenes de producción de discos. Todos pueden manejar los márgenes de aportaciones políticas y de ventas reales y ficticias.
De acuerdo al diario, hace dos años, Ice comenzó una investigación al respecto sobre la actividad de Los Zetas en EEUU, a partir de declaraciones de Miguel Treviño alias “El Z-40” y otra persona relacionada con el manejo de los negocios de la banda criminal, como parte de la cooperación e información con las autoridades estadounidenses.
El diario publicó que para los Zetas, hubiera sido muy evidente si mataban a Jenni de un disparo, decidiendo hacer explotar la aeronave en pleno vuelo. De comprobarse esta teoría –sigue el artículo del rotativo— se explicaría por qué el aparato llegó a tierra prácticamente desintegrado, dejando restos humanos y materiales dispersos a varios cientos de metros a la redonda.
Según expertos que consultó el Post, cuando un avión de esta naturaleza se desploma desde el aire, el terreno donde cae muestra señales inequívocas como un cráter o restos de combustible, lo cual no se halló en donde fueron descubiertos los restos de la aeronave. Aparentemente, la ropa tampoco estaba quemada, sino que parecía haber caído desde el cielo. Además, del Lear Jet no se registró ninguna llamada de emergencia a la torre de control.
Fuente: Diario Horizonte