12 dic (EFE).- Cinco de los siete candidatos a la Presidencia de Ecuador en los comicios de febrero próximo se presentaron hoy a un debate al que no acudió el mandatario Rafael Correa, que va por la reelección, aunque él estuvo como telón de fondo de la discusión.
Correa, a través de una carta de su secretario de Comunicación, Fernando Alvarado, se excusó de asistir al debate porque se daba fuera del periodo oficial de campaña electoral, que arranca el próximo 4 de enero.
Tampoco acudió el candidato de izquierdas Alberto Acosta, un exaliado de Correa, que ahora critica su gestión, sobre todo el «modelo extractivista» que dice que perjudica al medio ambiente y a varias comunidades indígenas del país.
El expresidente Lucio Gutiérrez, el magnate bananero Álvaro Noboa, el exbanquero Guillermo Lasso, el pastor evangélico Nelson Zavala y los independientes Mauricio Rodas y Norman Wray aceptaron el debate en el que también se cruzaron ataques entre ellos.
Gutiérrez no dudó en dirigir sus dardos contra el Gobierno, al que acusó de «corrupto», aunque también pidió a Noboa que pague sus impuestos.
Prometió enmendar los errores que cometió durante su Gobierno, que inició en 2003 y que terminó en abril de 2005 cuando fue derrocado del poder en medio de manifestaciones ciudadanas.
«Me duele en el alma ver que con tanto dinero (obtenido en el actual Gobierno) aumenta la pobreza», sostuvo el exmandatario, que dijo que quiere «recuperar la paz y la libertad» y que si es elegido hará «un mejor Gobierno que el primero» que dirigió.
El pastor evangélico Nelson Zavala, que sustituyó en la postulación al expresidente asilado en Panamá, Abdalá Bucaram, dio muestras de dominar el discurso y como si estuviese en su templo dijo que quiere construir un país basado en valores morales y sostenidos en la fe en Dios.
La de febrero, dijo el pastor, «no es sólo una elección», sino es una decisión entre «la revolución de Barrabás» o por «la fe cristiana».
Noboa ofreció convertir en ricos a los pobres de su patria, atraer a mil grandes empresas extranjeras para crear empleo, firmar tratados de libre comercio con Estados Unidos y todos los países amigos de su país, aunque se definió como izquierdista.
Reconoció el trabajo en infraestructuras que ha hecho Correa, reclamó por la «persecución» que señaló ser víctima a través del Servicio de Rentas Internas (la agencia de recaudación tributaria) y coincidió con Lasso en la eliminación de impuestos.
En su quinta postulación a la Presidencia, Noboa aseguró que en anteriores elecciones le han «robado» votos y por eso llamó a sus seguidores a «cuidar las urnas» el próximo 17 de febrero.
Lasso, en su turno, criticó el manejo económico de Correa, así como la supuesta vulneración de las libertades ocurrida durante el actual Gobierno.
Lasso, que también se presentó como la «alternativa» para las próximas elecciones, dijo que el 17 de febrero los ecuatorianos «nos jugamos el futuro», porque allí se votará «por el miedo y el temor» que indicó representa Correa o por «el camino del cambio y de la esperanza» que enarbola.
Entre las caras nuevas apareció Mauricio Rodas, un joven político que se presentó como una carta diferente a la «visión gastada que representan los otros candidatos».
Rodas propuso una «visión nueva, moderna y de futuro» de la política ecuatoriana y ofreció, en caso de ganar las elecciones, un «Ecuador nuevo y mejor, con un gobierno nuevo y mejor, con un presidente nuevo y mejor».
Tal vez el también independiente Norman Wray resumió el debate al considerar que se había abierto «un baratillo de ofertas», algunas incluso creíbles y que podrían ser recogidas, aunque sostuvo que lo que requiere su país es un acuerdo político nacional.
Wray, un exaliado de Correa, dijo haber «roto el mito de la demagogia, el mito del baratillo de ofertas» al plantear un programa de acción basado en acuerdos nacionales entre el Estado y la sociedad. EFE