La cantante estadounidense Madonna inició ayer en el Parque de los Atletas, de Río de Janeiro, su gira brasileña que forma parte del tour mundial “MDNA” con un concierto que comenzó con tres horas de retraso y ante un público menor del que esperaba la organización.
Madonna llegó en helicóptero al Parque de los Atletas, localizado en el exclusivo sector de Barra da Tijuca, y antes de subir al escenario se escucharon las campanas y voces gregorianas del trío español Kalacán, que ya grabó en Euskadi con la artista y que la acompaña en su noveno tour.
La canción “Girl gone wild”, de su nuevo álbum, mezclada con apartes de los clásicos “Material girl” y “Give it to me”, fue la encargada de abrir la presentación de la diva, cuatro años después de su último paso por los escenarios brasileños.
Siempre con sus acostumbradas coreografías osadas e insinuantes, Madonna comenzó el recital en un escenario en forma de cuarto de motel barato, adornado con una gran cruz colgada en la pared, en el que la cantante irrumpió sobre la cama luciendo ropa negra ajustada a su cuerpo y empuñando una pistola.
La organización esperaba la presencia 90.000 personas, pero sólo 60.000 acudieron al primer concierto de Madonna en la presente gira brasileña. Horas antes, la artista de 54 años estuvo en el Parque de los Atletas haciendo un reconocimiento del lugar y probando el sonido, incluso llegó a preguntar en portugués al personal técnico y de seguridad “¿sou ‘periguete’?” (¿soy liberada?).
Después de la cancelación de la presentación del rapero Will.i.am, líder de Black Eyed Peas y que figuraba como telonero, el espectáculo se inició ayer con Felguk.EFE