Pinto zapatea y pide a la dirigencia un golero de categoría
La vergonzosa derrota frente a Universidad Católica, prendió las alarmas en el cuerpo técnico de Nacional. Los groseros errores del portero Rixon Corozo y las debilidades de la defensa, provocaron un auténtico terremoto en la tienda militar en las últimas horas.
El técnico Jorge Luis Pinto perdió el control y en el mismísimo vestuario del Estadio de Chillogallo, hizo escuchar su prédica virulenta hacia los players, y fue más allá, al pedir públicamente en la rueda de prensa, “mil disculpas a la hinchada”, por el horripilante rendimiento, que marcó la derrota en el choque de presentación de las huestes criollas.
Fue un auténtico fiasco, esa es la cruda realidad y el estratega colombiano, duro y temperamental como es, no tuvo empacho para disparar munición gruesa, apretando al mismo tiempo a la dirigencia, en la búsqueda de un arquero, una zona desprotegida por la abrupta salida de Christian Mora y la ineficacia de Corozo y Cabezas, goleros que no gozan de la confianza del entrenador y desde el domingo anterior, de la hinchada, que se revolcaba de furia en las tribunas del Estadio de Aucas, ante el doloroso e impensado descalabro.
Nacional juega con el ‘arco abandonado’ y esa es una sensación clara que intuía la crítica y que Pinto, no tuvo la sensibilidad de solventarla, en la larga etapa de partidos preparatorios. Es un grave error, esperar la debacle, para clamar apurado por la urgencia, la ‘contratación express’ de un arquero, que brinde jerarquía y solvencia.
Los ojos de la dirigencia militar ahora miran hacia Rorys Aragón, un portero internacional, que está desocupado y espera en Guayaquil, la vinculación con un alguna entidad europea de prestigio, pero que no quita el ‘dedo del renglón’ ante un ofrecimiento concreto y satisfactorio en el plano económico, por parte de los personeros criollos.
Es un incendio, que es preciso apagarlo. Jugar sin un arquero de categoría, es entregarse dócilmente en los brazos del fracaso y Jorge Luis Pinto se estremece por encontrar una solución al apuro.
Los memoriosos, sin sentirse víctimas ni prisioneros de la nostalgia, recuerdan que el gran sostén del Nacional multicampeón, fue exponer grandes goleros. Desde el ‘Gato Maldonado, pasando por el inolvidable ‘Bacán’ Delgado, Milton Rodríguez, y el último grande, Jeovanny Ibarra, que en su longevidad en el puesto, fue pieza clave en el bicampeonato del Deportivo Quito. No hay que dormirse en los laureles. Hay tiempo, corto, pero lo hay, para recomponer la figura. Nacional tiene la obligación de responder a su rica historia. Por: Raúl Cruz Molina