2 dic (EFE).- El Barcelona, ese equipo en el que hasta el portero debe manejar el balón como si fuera un centrocampista, es ahora también aquel en el que todos marcan. En el fútbol total azulgrana, uno de cada seis goles anotados este curso en competición oficial es en botas de un defensa, siempre en momentos decisivos.
Hay algo extravagante e incluso exótico cuando un zaguero, esa pieza entrenada con el único objetivo de abortar la esencia máxima de este deporte -el gol-, consigue perforar la red contraria.
Algunos lo celebran con la locura propia de la irónica venganza. Otros, con la euforia de lo desconocido. Incluso más de uno acaba perdiendo el norte, como cuando un descolocado Alex Song, en su estreno como goleador ante el Zaragoza, pareció ser el último en darse cuenta que había marcado y apenas supo cómo reaccionar.
Son goles extraños y a la vez claves, pues suponen sorprender al rival con el definidor menos esperado y menos estudiado. Gerard Piqué abrió la lata este sábado ante el Athletic Club (5-1), en un partido donde también anotó el lateral Adriano. Con esos dos goles, la cifra marcada por defensas en el Barcelona alcanza la docena.
Su equipo, en total, ha marcado 69 goles entre Liga (48), Liga de Campeones (11), Copa del Rey (6) y Supercopa de España (4), lo que supone que un 17 por ciento de los goles del Barcelona 2012-13, alrededor de uno de cada seis, hayan sido celebrados por un zaguero.
«¡No tenemos ningún pique entre defensas!», bromea Adriano Correia, visiblemente satisfecho tras el partido ante el Athletic. El brasileño, el último en abandonar ayer sábado el Camp Nou por quedarse a atender las preguntas de cuanto periodista le requería, lidera ese particular ránking de la defensa, con cinco dianas.
«Primero -matiza ya con calma-, un defensa tiene que defender bien. Pero, por el juego que hacemos, siempre intentamos aportar algo más al equipo y la verdad es que a mí las cosas me están saliendo bien y lo estoy aprovechando. Estoy en un momento dulce».
Con cuatro goles en Liga y uno más en Copa, Adriano es el defensa con más llegada del equipo. Le sigue, con tres, otro lateral, el recién fichado Jordi Alba (dos goles en Liga y uno en Liga de Campeones). Y completan esa insólita estadística los centrales Carles Puyol, Gerard Piqué y Alex Song, con un gol por cabeza en Liga, así como el lateral Daniel Alves, con uno en ‘Champions’.
«Es verdad que suman muchos goles para los partidos que llevamos, pero esperemos que sigan marcando», opina el técnico Tito Vilanova. «Tampoco es tan normal, pero tienen la capacidad para hacerlo. Cuanto más seamos capaces de repartir goles, mucho mejor».
No solo marcan mucho, sino que lo hacen de forma decisiva. Puyol abrió la lata en el debut en Liga ante la Real Sociedad (5-1) a los tres minutos, algo que también hicieron Adriano ante Valencia (1-0) y Getafe (1-4), y Jordi Alba ante el Deportivo (4-5).
Precisamente, la oda a los «defensas totales» la protagonizaron estos dos últimos jugadores ante el Celtic (2-1), cuando en el último segundo de partido, un centro agónico del lateral brasileño habilitó al catalán para lograr un triunfo épico. Ante el Celta (3-1), además, Adriano abrió el marcador y Alba lo cerró.
«Creo que otros años los laterales siempre han sido muy importantes, pero sí que es verdad que tanto Alves, como Alba, Adriano o incluso Montoya tienen esa capacidad de llegar y hacerlo en el momento justo», señala Vilanova.
¿Y pelear por la Bota de Oro? «No, hombre, por favor! -dice entre risas Adriano-. Lo importante de un defensa es intentar defender bien y, cuando puedes, subir y chutar. Pero si veo a un compañero que está mejor situado que yo, intento hacer el trabajo que tengo que hacer». Aunque por una noche, tampoco esté tan mal restarle un poco de protagonismo al mismísimo Leo Messi. EFE