29 nov (EFE).- La designación del experimentado Luiz Felipe Scolari como técnico de la «canarinha», oficializada hoy, es la carta de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) en su carrera contrarreloj para el Mundial de 2014 del que el país será anfitrión.
Scolari, de 64 años y que estaba sin equipo desde septiembre pasado, cuando renunció al Palmeiras, asume el cargo en medio de la fuerte presión para consolidar un equipo que le devuelva la confianza a una afición disconforme con el pasado reciente de la selección, dirigida hasta la semana pasada por Mano Menezes.
El reto inmediato de «Felipao» será dejar atrás la sombra de su mala campaña con el Palmeiras, equipo que abandonó en los últimos lugares de la Liga y que acaba de caer a la Segunda división, a pesar de haber conquistado en mayo pasado la Copa de Brasil y el boleto para la Copa Libertadores del próximo año.
Comandante del último título mundial de Brasil, en Corea del Sur-Japón 2002, Scolari fue anunciado como nuevo seleccionador por la CBF junto al también experimentado Carlos Alberto Parreira, el técnico campeón del Mundial de Estados Unidos 1994, quien será el coordinador técnico.
Precursor de la llamada escuela de técnicos gauchos, de la que también han salido entrenadores como Dunga y el propio Menezes, Scolari inició su carrera como futbolista en los modestos Aimoré de Sao Lepoldo y Caxias, en su natal estado de Río Grande do Sul.
Definido como un zaguero poco técnico, pero bastante aguerrido, Scolari luego actuó como capitán en el Juventude de Caxias do Sul y el Nova Hamburgo, todos equipos del Campeonato Gaúcho, hasta pasar en 1981 al CSA de Alagoas, en el que se retiró y con el que conquistó el título del Campeonato Alagoano, el único como jugador.
Paralelo a su actividad como deportista, «Felipao» estudió pedagogía y alternó la profesión de futbolista con la docencia como profesor de educación física en colegios del sur del país.
Después de retirarse de la actividad, Scolari se dedicó a la dirección técnica y su primer equipo fue el CSA, el mismo en el que le dijo adiós a las canchas y en su primer año en el banquillo ganó el título regional de Alagoas.
El Juventude, en dos etapas de su carrera, el Brasil de Pelotas y el Pelotas fueron los equipos de Río Grande do Sul que dirigió posteriormente, con un corto intervalo en el Al-Shabab saudí entre 1984 y 1985.
El Gremio de Porto Alegre y el Goiás, clubes de mayor tradición, le abrieron de nuevo las puertas a Scolari en Oriente Medio y en 1990 pasó a dirigir simultáneamente al Qadsia de Kuwait y la selección de ese país, con la que ganó la Copa del Golfo ese año.
El primer título de renombre en Brasil conquistado por Scolari fue en 1991, cuando regresó al país y condujo al modesto Criciuma, del estado de Santa Catarina (sur), a la conquista de la Copa de Brasil.
El Coritiba, el saudí Al Ahly y, nuevamente, el Qadsia aumentaron la lista de equipos en el currículum del entrenador antes de su consagración en el Gremio, en el que en su segunda aventura se proclamó campeón de la Copa de Brasil (1994), Copa Libertadores (1995) y la liga brasileña (1996).
Tras un paso fugaz por el japonés Júbilo Iwata, en 1998 comenzó otra etapa en Brasil como técnico del Palmeiras con el que en ese año ganó la Copa de Brasil y la Copa Mercosur, y al año siguiente la Libertadores.
Antes de asumir la selección en 2001, Scolari pasó nuevamente por el Gremio y, después de dejar la «canarinha», dirigió entre 2003 y 2008 a Portugal, combinado con el que perdió la final de la Eurocopa de 2004 en casa frente a Grecia y obtuvo el cuarto lugar en el Mundial de Alemania.
En la carrera del ríspido y a veces malhumorado entrenador entraron luego el Chelsea inglés, el Bunyodkor de Uzbekistán y una segunda etapa en el Palmeiras, tras lo cual recala nuevamente en la selección brasileña con el único objetivo de ganar el Mundial de 2014. EFE