Este fin de semana se llevó a cabo en Quito el Primer Festival de grafiti internacional «Meeting of Styles Ecuador «, que contó con la participación de 80 artistas, entre nacionales y extranjeros.
El ‘Meeting of Styles’ (MOS) es un evento creado en Alemania en 1997. Denominado al principio como «Wall Street Meeting», cambió a su nombre actual en 2002, y desde esta época fue presentado exitosamente en varias ciudades a nivel mundial: Nueva York, Las Vegas, París, Berlín, Chicago, Shangai, Londres, Budapest, San Petersburgo, Sao Paulo, Barcelona, México DF, entre otras.
En 2012 llega por primera vez este reconocido festival al Ecuador, gracias a la empresa Octopuz Graff y Enaone. El evento contó además con el apoyo de otras compañías privadas.
En este encuentro, presentado por el Distrito Metropolitano de Quito, participaron 29 grafiteros a nivel nacional y más de cincuenta artistas de toda América Latina.
Dos murales fueron designados para este encuentro artístico: uno en la avenida Mariscal Sucre y calle Rumihurco, sector El Condado, y el otro en San Carlos, Mariscal Sucre y Flavio Alfaro, al norte de Quito.
Grafiteros reconocidos se dieron cita para exponer sus mejores técnicas. ‘Andison’, artista quiteño, mencionó que estos festivales ayudan a promover el grafiti como arte urbano.
«El grafiti ha sido entendido tradicionalmente como algo no permitido, a los artistas no se les permite hacer pintadas en las calles. Pero creo que el grafiti es una forma de contribuir con la estética de la ciudad, ya que es una nueva forma de arte», reconoció.
Como nos cuenta ‘Kerm’, grafitero proveniente de California, Estados Unidos, el MOS es un espacio para la manifestación de valores que debe reivindicar la sociedad.
«Pienso que debemos proteger el medio ambiente como la amazonía, por eso mi estilo de grafiti es orgánico. Me gustaría que las personas que ven mi obra tomen conciencia sobre el cuidado de la naturaleza», argumentó el artista.
‘KOZ’, otro artista nacional, definió al grafiti como un modo de apropiación del espacio público. «La ciudad carece de significados, con los grafitis, las paredes se convierten en verdaderos museos», añadió.