1 nov (EFE).- La confusión y el caos en los que se sumergió el fútbol egipcio tras el desastre del estadio de Port Said, el pasado mes de febrero, amenazan la supervivencia de este deporte que cuenta con una masiva afición en el país.
Los disturbios entre los seguidores del club cairota Al Ahli y el local Al Masri, que acabaron el 1 de febrero con la vida de 73 personas, la mayoría de ellas seguidores del Al Ahli, causaron también la suspensión indefinida de la competición futbolística.
El fútbol egipcio se encamina a la «decadencia», aseguró a EFE el portavoz de la Federación Egipcia de Fútbol, Azmi Mgahed, y eso obliga «una vuelta urgente de la temporada».
Los obstáculos para que la liga sea reanudada consisten, según Mgahed, en que no hay hasta el momento presente una «aprobación de seguridad» por parte del Ministerio de Interior.
Pese a que las autoridades han destacado más de una vez que están preparadas para poner en marcha la liga, hasta ahora no se ha enviado una autorización escrita a la Federación.
El responsable futbolístico evitó señalar a los ultras del Al Ahli, pieza indispensable para comprender el conflicto, quienes rechazan totalmente la continuación de la liga antes del anuncio de los veredictos judiciales por el caso de Port Said.
En un comunicado en Facebook, los ultras -que cuentan con gran fuerza en la calle y han estado presentes en muchas manifestaciones tras la caída de Hosni Mubarak- insistieron en que «no se jugará la liga antes de que sean vengados los mártires», en referencia a los espectadores muertos en los sucesos del estadio del Al Masry.
La nueva temporada de liga ya ha sido objeto de dos aplazamientos: su inicio estaba previsto para el 17 de septiembre, pero se postergó hasta el 15 de octubre, cuando fue suspendida de manera indefinida, lo que provocó la ira de algunos futbolistas y abrió un nuevo frente de tensión.
La competición «no volverá» esta temporada, señaló en declaraciones a Efe el exfutbolista y popular presentador de programas deportivos en la televisión, Jaled Algandur.
El exfutbolista encabeza las manifestaciones callejeras realizadas últimamente por futbolistas, periodistas y trabajadores del sector en protesta por la ambigüedad sobre el destino de la liga.
Algandur pronosticó que las sentencias del caso de Port Said «no satisfarán a nadie», en particular a los ultras.
La polémica sobre la vuelta de la liga cuenta con efectos negativos en el fútbol, pero también tiene repercusiones económicas.
Según Mgahed, el fútbol ahora es un negocio, así que el deporte es la única fuente de ingresos para muchísima gente.
Superar esa crisis económica ha recabado un consenso generalizado, pero cada parte está intentando resolver el asunto a su manera.
Algandur insistió en que «las manifestaciones continuarán hasta que la liga vuelva», porque, de lo contrario, «mucha gente perderá su trabajo».
Esa crisis no parece que haya hecho cambiar de actitud a los ultras, que han llevado a cabo últimamente actos de violencia, como los enfrentamientos con los manifestantes a favor de la vuelta de la liga la semana pasada.
Los jóvenes, que impidieron a presentadores deportivos realizar sus programas en algunas sedes de televisiones, explicaron en un comunicado que «no van a permitir a los futbolistas manifestarse».
Ante esas amenazas, los futbolistas han decidido anular la marcha programada para reivindicar la vuelta de la liga que habían convocado para este domingo, justo antes de que se dispute en El Cairo el partido de ida de la Liga de Campeones africana, que enfrentará al Al Ahli con el Tarraji tunecino, señaló Algandur.
La federación egipcia, por su lado, ha decidido que se comiencen a disputar las divisiones inferiores del fútbol egipcio, para que el perjuicio sobre los trabajadores sea el menor posible.
Por eso, el sorteo de la segunda, tercera y cuarta división se celebrará el próximo sábado, lo que podría abrir la puerta a la vuelta de la liga, según Mgahed.
Sin embargo, Algandur redujo la importancia de tal acontecimiento, explicando que «la celebración del sorteo no significa poner las competiciones en marcha».
Alrededor de 30.000 espectadores podrán asistir al partido internacional del Al Ahli el domingo que viene, lo que puede ser un indicador sobre la reanudación de la actividad futbolística, añadió Mgahed.
Pese a todo, los ultras anunciaron en su página oficial que no asistirán al partido y llamaron a todos los aficionados a no acudir al estadio.
El conflicto ha abierto una pregunta que ahora mismo se hacen millones de seguidores egipcios: ¿A dónde se encamina el fútbol egipcio?
Tanto Mgahed como Algandur consideran que el deporte se dirige a «un destino desconocido», pero que este es, sin lugar a dudas, oscuro.
La profunda crisis que vive el fútbol en Egipto refleja que este deporte, que lleva años siendo motivo de alegría y unidad entre la población, se ha convertido en un factor de división y tensión. EFE