Liga cumplió ayer 80 años de brillante existencia. Repleto de gloria por las soberbias conquistas internacionales obtenidas en las dos últimas temporadas, escalando al cielo del fútbol continental, tras obtener con sobra de merecimientos, la Copa Libertadores, la Recopa y la Sudamericana, el calendario le sorprende en el mejor momento de su vida institucional y deportiva.
La ‘U’ siempre fue un referente del balompié nacional. Creció y se clavó en la idolatría popular, con planes serios, con respeto profundo a sus seguidores y al sagrado nombre que representa, a la vieja y querida Universidad Central del Ecuador.
Pasear por la titánica novela de la vida del equipo blanco, es recrearse con momentos de maravillosa nostalgia. Desde el tiempo remoto de los ‘doctorcitos’, aquellos estudiantes aguerrridos que amaban al fútbol, como a su misma vida y que fueron los responsables de colocar las primeras piedras del éxito.
Decenas de nombres famosos desfilaron por sus nóminas, regalando poemas de clase y exhuberante categoría. El juego fino y cerebral de Gem Ribadeneira, el talento incomparable de Polo Carrera, la sutileza y la magia del ‘Tano’ Francisco Bertochi, la categoría del ‘Bocha’ Ricardo Armendáriz, la sobriedad y los cañonazos de Janio Pinto, la desfachatez y el esplendor del colombiano Alex Escobar. Es el abanico de ‘números diez’, que enloquecieron a esa tribuna exigente de paladar fino y querendona como ninguna.
Y en esta nota recuento de sus estrellas, en la que seguramente se nos escaparan injustamente algunos nombres, resaltan con letras de oro, el negro Perera, un arquero brasileño, que volaba de palo a palo, al igual que saltaba en las montoneras para impactar sus patadas voladoras a los rivales agresivos. Y está Ovidio Chacón, un golero argentino, al que una rara dolencia estomacal, le arrancó precipitadamente de este mundo.
Y el desfile sigue sin precisión, para citar a ‘Tito’ Larrea, ese puntero menudo, que bailaba y metía túneles escalofriantes a cualquier rival. Sea ante la selección inglesa, como en el 66, a Bobby Moore, el capitán de la escuadra de la Reina, que se quedó abismado ante tanto derroche de habilidad. No me olvido de esa muralla defensiva, que acaso es la zaga más recordada en estas ocho décadas de esplendor. Aquella del 69. Con el difunto César ‘Pavo’ Muñoz, Eduardo Zambrano, Enrique Portilla y el ‘Tronco’ Ramiro Tobar. Ese equipo tiene un lugar especial en el baúl de los grandes recuerdos. Fue el primero en gritar campeón. El que abrió la trocha de este presente maravilloso. Aquel once espetacular que condujo el inolvidable técnico brasileño José Gómez Nogueira, partió la historia, dividió las aguas de la leyenda blanca. Se paseó en todas las canchas e inscribió el nombre de la ‘U’ en la Copa Libertadores de América, tras una formidable campaña, acuñada en semifinales ante el Peñarol de Alberto Spencer y el bravo y aguerrrido Guaraní de Paraguay.
Un penal inventado por un árbitro sin escrúpulos, le permitió al once aurinegro, equilibrar la balanza, tras el sorpresivo y venenoso gol olímpico de Mickey Salazar, que sacudió y asustó a los asistentes al mítico Centenario de Montevideo. Era un sacrilegio, en esos tiempos -hablamos de 1970-, que un equipo ecuatoriano saliera avante y triunfal de una cancha del Río de la Plata. Perdió, pero la primera huella de casta y de grandeza, quedó prendida en la capital uruguaya.
El presente de Liga es envidiable. Es el mejor equipo de América y su base institucional es un modelo a seguir.
La ‘U’ tuvo la suerte de encontrar en su mina de seguidores a un hombre de la sapiencia, amor y sabiduría de Rodrigo Paz. Un auténtico Patriarca. Una leyenda viviente. El mejor dirigente de todas las épocas. Es el notable arquitecto que edificó a pulso estas horas de lustre. Este presente próspero y admirado. Este envión inolvidable, que es el mejor trofeo para saludar 80 calendarios de honrar al fútbol y a su hinchada. Salud Rey de América. Gracias por tanto éxito. Celebra el fútbol del Ecuador. Por: Raúl Cruz Molina