Vie. Nov 22nd, 2024

Un chico de 11 años descubrió los restos de un enorme mamut de 30.000 años de antigüedad en el extremo norte ruso.

Varios expertos aseguraron que se trata del segundo esqueleto de mamut mejor preservado en la historia de la paleontología.

Los científicos lo bautizaron Zhenya, diminutivo de Evgeny, en honor de su descubridor.

«El mamut fue descubierto por el niño Evgeny Salinder, que no vive muy lejos de aquí, cuando daba un paseo el pasado verano. El 27 de agosto se encontraba cerca de la orilla con su perro cuando encontró los restos», afirmó a la agencia Reuters Sergei Gorbunov, del Comité Internacional del Mamut.

El chico entonces alertó a sus padres, que contactaron con las autoridades. El descubrimiento se produjo en la península de Taimyr, en la región de Krasnoyarsk.

Los científicos se sorprendieron al encontrar no solo un esqueleto sino un armazón entero de este tipo de animal de la época de hielo.

Afirman además que el descubrimiento es único y que puede arrojar mucha luz sobre lo que se sabe de estos animales, según un artículo publicado en la web de Russia Today.

En buen estado

Los restos del mamut se encuentran en un buen estado de conservación e incluyen partes de la piel, carne e incluso algunos órganos.

«Tuvimos que usar instrumentos tradicionales como pico y pala, además de otros como un aparato que expulsa vapor, lo que nos permitió descongelar una capa de hielo… tardamos dos semanas en hacer esto», dijo Gorbunov.

Un equipo de paleontólogos ha comenzado una exploración a gran escala en la zona.

Los estudios iniciales de los restos concluyen que la joroba del animal era realmente grasa, similar al caso de los camellos, aunque otras hipótesis aseguraban que esta era parte de la estructura ósea.

«Se puede comprobar que este animal estaba muy bien adaptado a las condiciones del norte de Rusia, y que acumulaba grandes cantidades de grasa. Posiblemente murió durante el verano, ya que no se puede ver mucho de sus capas interiores, pero sí había acumulado gran cantidad de grasa», aseguró Aleksey Tikhonov, del Instituto Zoológico de la Academia Rusa de las Ciencias, a la agencia de noticias Itar-Tass.

Sobreviviendo a la edad del hielo

El mamut lanudo o mamut de la tundra es producto de la evolución de los elefantes africanos, y se cree que los últimos ejemplares de la especie se extinguieron hace unos 3.700 años.

Vivieron en el hemisferio norte y se vieron forzados a desplazarse hacia Siberia y el norte de Europa cuando la edad de hielo del Pleistoceno comenzó a tocar fin, hace unos 15.000 años.

Los mamuts lanudos poseían una gruesa capa de grasa, de unos 10 centímetros de longitud, debajo de su piel, que ayudaba a protegerlos del frío.

Sus pequeñas orejas, corto rabo y capa protectora le ayudaban a evitar la pérdida de calor en el gélido norte.

Sus colmillos medían unos 5 metros de longitud y se usaban para excavar en la nieve y para pelear.