La vida moderna y la tradicional siesta se reencuentran bajo la forma de la Ostrich Pillow (Almohada Avestruz), un nuevo e insólito producto ideal para dormilones, aunque no apto para quienes le temen al ridículo.
Diseñadores de Banana Studios, un proyecto español que aglutina a diversos estudios, crearon este dispositivo acolchado con tres orificios -dos para los brazos, otro para la nariz- que permite dormir la siesta en la oficina, el transporte o donde uno quiera.
El invento «genera una atmósfera privada en un contexto público», le cuenta a BBC Mundo el británico-persa Ali Ganjavian, uno de los creadores de la almohada y miembro del estudio de arquitectura Kawamura-Ganjavian.
En 2011, este acolchado micromundo fue aclamado por las publicaciones especializadas en nuevos diseños, y en solo siete días logró la financiación que necesitaba en la plataforma de crowdfunding Kickstarter, uno de los sitios en los que el público financia proyectos que le interesan.
No sólo han recaudado los US$70.000 necesarios para poder empezar a fabricarlo, sino que ya se excedieron un 160% del dinero esperado.
«La esencia es que esta sociedad ha cambiado. Antes dormíamos mucho más, ahora trabajamos muchísimas mas horas que antes y el cansancio al que estamos expuestos es no sólo físico, sino también mental; nos olvidamos de desconectar», dice el diseñador Ganjavian.
Revitalizante
Por eso, cuenta, el invento surgió a raíz de una necesidad que sus propios creadores tenían. Ahora, afirma, lo usan a menudo y al despertar de las siestas uno se siente «revitalizado y refrescado».
«Pasamos mucho tiempo frente al ordenador, hay momentos en los que necesitamos revitalizar, descansar, tomar un café, salir un rato. Actualmente no hay ningún objeto en el mercado que te permita revitalizar. Entonces lo creamos para nosotros mismos».
El concepto detrás del invento son las llamadas power naps, o breves siestas reparadoras, esenciales para incrementar la energía y el bienestar físico y mental, dice Ganjavian, y explica que estudios de la agencia espacial estadounidense, NASA, indican que tomar siestas de 20 minutos aumenta un 34% la productividad.
Quienes se atrevan a utilizar esta creación podrán recargar baterías corporales en oficinas, viajes, bibliotecas o donde sea que haga falta. Para muchos otros, el invento puede parecer inaccesible (US$75 por unidad) o sencillamente ridículo.
Ganjavian admite que tuvieron en cuenta ese aspecto durante el proceso creador, pero resalta que es uno de los riesgos que supone innovar y recuerda que otras grandes invenciones, como el paraguas y la bicicleta, parecían ridículos en sus comienzos.
Más allá de su extravagancia, Ganjavian dice que les llueven pedidos de todo el mundo y ya tienen muchas unidades reservadas para antes de Navidad.