3 oct (EFE).- Tras dos años en la Presidencia de Colombia y a menos de dos semanas del inicio del proceso de paz con las FARC, Juan Manuel Santos se verá obligado a alejarse por unos días de sus labores oficiales a causa de un cáncer de próstata, del que es intervenido hoy.
Este economista, administrador de empresas y periodista, y quien ha hecho gala de altas dotes políticas y diplomáticas, hizo pública su enfermedad el lunes a través de un mensaje a sus compatriotas que sorprendió a todos.
Según su médico, sólo estará tres días ingresado en el hospital, pero su problema de salud llega en un momento crucial, ante la cercanía de la instalación en Oslo de la mesa de negociación con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el próximo 15 de octubre.
Nacido en Bogotá el 10 de agosto de 1951, Santos ha apostado por la paz desde que llegó a la Presidencia el 7 de agosto de 2010, cuando afirmó en su discurso de investidura que tenía «la llave de la paz» y que la usaría cuando se dieran las condiciones.
Aunque desde entonces no ha cesado la lucha contra las FARC, con contundentes golpes a su cúpula, inició conversaciones secretas con esta guerrilla y hace un mes anunció que habían alcanzado un acuerdo en La Habana para acabar con el conflicto que asola a Colombia desde hace casi 50 años.
En estos dos años, Santos también recompuso las relaciones con Ecuador y Venezuela, rotas durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), en el que fue ministro de Defensa.
La paradoja es que Santos puede ser el artífice de un proceso de paz con visos de triunfo pese a haber estado al frente de los golpes más fuertes contra la guerrilla.
En 2008, cuando era titular de Defensa, las Fuerzas Militares acabaron con la vida del entonces número dos de las FARC, alias «Raúl Reyes».
Y como presidente anunció la muerte, a manos de las autoridades, del jefe militar del grupo rebelde, «Mono Jojoy», en 2010; y un año después del máximo dirigente guerrillero, «Alfonso Cano», quien había sucedido al fundador, «Tirofijo», tras su fallecimiento por causas naturales.
Santos se ha movido dentro y fuera del país con tacto y diplomacia, y ha obtenido resultados concretos, lo que le ha llevado a ser considerado un estadista conciliador y aplaudido por la comunidad internacional.
Contra todo pronóstico, congeló un convenio militar con EE.UU. por el que el Gobierno anterior pretendió poner a disposición de ese país siete bases militares.
Y logró consenso para que la colombiana María Emma Mejía fuera designada secretaria general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), además de un asiento para su país en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El presidente ha demostrado ser un gran conocedor de los entresijos políticos internos: gobierna bajo la tutela de una Unidad Nacional en el Congreso y sin apenas oposición, más allá de la que ejerce Uribe, su antiguo mentor que hoy le critica por negociar con las FARC y por recomponer las relaciones con Venezuela.
Y la izquierda le pone frenos, pero aplaude su iniciativa de paz.
Entre sus iniciativas está la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que firmó junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon y con la que pretende devolver 3,5 millones de hectáreas de tierras a campesinos que fueron despojados por grupos armados.
También ha sacado adelante el Marco Jurídico para la Paz, base legal para negociar con los grupos armados.
Santos, que también ve crecer la economía colombiana en plena crisis mundial, emprendió su carrera política en 1972 en Londres, como representante ante la Organización Internacional del Café.
A su regreso fue subdirector del diario El Tiempo, entonces propiedad de su familia; y en 1991 fue designado por el presidente César Gaviria como ministro de Comercio Exterior, cargo desde el que impulsó acuerdos comerciales con distintos países.
Durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) ejerció como ministro de Hacienda y tuvo que sortear una grave crisis económica.
En 2004 se apartó del liberalismo para respaldar a Uribe y crear el Partido de la U, la fuerza que ganó las elecciones en 2006 y 2010.
De sus años en la Armada, como cadete, guarda la costumbre de hacer deporte a diario, y es un aficionado al póquer y a las grandes apuestas; pero sobre todo es un adicto al poder, con el que convive desde niño, ya que su tío-abuelo fue presidente.
Casado con María Clemencia Rodríguez y padre de tres hijos, Santos es doctor en Leyes; estudió Economía y Administración de Empresas en la Universidad de Kansas, Desarrollo Económico y Administración Pública en la Escuela de Economía de Londres y en Harvard.
Fue becado por las fundaciones Fulbright y Newmann, lo que le permitió estudiar Periodismo, y es autor de varios libros, entre ellos uno sobre La Tercera Vía, que escribió junto al exprimer ministro británico Tony Blair. EFE