Vie. Nov 22nd, 2024

El Presidente de la República, Rafael Correa, recordó ayer a quienes salieron a las calles para ‘defender’ la democracia.

En una ceremonia especial en el Regimiento Quito 1, donde hace dos años comenzó el alzamiento policial, el comandante general de la Policía en funciones, Wilson Alulema, señaló que en el sitio ocurrió “uno de los episodios más funestos y aberrantes de que se tenga memoria”.
Cuando un reclamo policial por temas salariales terminó en un alzamiento de proporciones que el Ejecutivo interpretó como un intento de golpe de Estado.
“Hoy, dos años del 30S. En mi corazón siempre estarán Juan Pablo, Froilán, Darwin, Jacinto, Edwin, los cientos de heridos y las decenas de miles que defendieron la democracia, su país, la revolución, de las manos asesinas y golpistas”, escribió Correa en su cuenta de Twitter al nombrar a quienes murieron ese día.
Añadió que “los de siempre, tratando de destruir la verdad, entorpecer investigaciones, victimizar a los acusados, lograr impunidad, para luego decir que no se han ‘esclarecido’ los hechos”.
En la ceremonia se presentó una nueva doctrina de la Policía y se suscribió un convenio con la Universidad Central del Ecuador, para validar la carrera policial universitaria.
Así mismo, el ministro ecuatoriano del Interior, José Serrano, aseguró que no quedarán en la impunidad los casos de los cinco ciudadanos que perecieron el 30 de septiembre de 2010 cuando ocurrió la sublevación y Correa quedó atrapado en un hospital cercano.
Varios ciudadanos desvelaron en las afueras del Regimiento Quito la placa con el nombre de Juan Pablo Bolaños, un estudiante universitario que, al igual que centenares de personas, acudieron al centro médico bajo la consigna de salvar a Correa.
El 30 de septiembre de 2010, cinco civiles murieron en Guayaquil por la violencia desatada por la ausencia de patrullas de la Policía, mientras que en Quito perecieron dos policías y dos militares, además de Bolaños, en los enfrentamientos entre agentes sublevados y militares leales al Gobierno. Ahora la fuerza policial intenta recuperar su credibilidad.

Por adm