Jue. Sep 19th, 2024

en Beira Río, puso a Liga en el umbral para conquistar el título de la Recopa Sudamericana.

Fue una victoria sensacional, que pocos esperaban, por el discreto momento que vive la «U» en el torneo doméstico. Más, después del sonado fracaso en la defensa del título de la Copa Libertadores de América.

Liga retomó en cancha brasileña, la vieja mística ganadora, que le acreditó con justo derecho la brillante obtención del máximo título a nivel de clubes en el continente.

Brasil es tierra de la «U». En el reducto de los pentacampeones del mundo, los albos han labrado sus gestas históricas. Basta remontarse al 2008, y recordar aquella memorable definición, para alzarse en el mismisimo Maracaná de Río de Janeiro con la máxima presea.

El jueves, con un plantel remozado por la presencia del paraguayo Rambert Vera y del cimbreante «Diablito» Lara, LDU exhibió otro faceta y un funcionamiento adecuado. El paraguayo entregó la cuota de garra y categoría, que tanto extrañaba el medio campo. Y el concurso de Cristian resultó letal para destrozar a la zaga de Internacional, que jamás encontró el partido.

El once quiteño planteó un partido inteligente. Frenó la zona de creatividad, anulando al argentino Andrés D´Alessandro y el partido se puso cuesta arriba para las huestes interistas, que guía desde la banca el técnico Teté. En ese marco, con la comunicación interrumpìda en el sector más importante de la cancha, el fortín defensivo se hizo invencible para el equipo local, que terminó confundido en la primera parte. Era el talismán de un buen negocio para Liga, que en el complemento, continuó en la férrea custodia de los caminos que conducían a los palos de «Dida» Domínguez, que registró una notable actuación, derramando seguridad y aplomo.

Hasta que llegó la jugada milagrosa, que nació en los piés de Lara.

El menudo delantero ganó la raya de fondo, lanzó el «centro de la muerte» y el implacable Claudio Bieler, en dos tiempos la colocó en la red, tras un remate que devolvió el arquero Lauro. Fue el principio del fin. El partido rozaba los primeros diez minutos de la fracción final. El resto fue un concierto de oficio y aplomo por el lado de los universitarios y un manojo de desesperación y nervios de los dueños de casa. Para colmo, Internacional perdió a Bolívar, por expulsión en roja directa, a los 72 minutos.

El toque preciso, la pelota con destino fijo, la entrega inclaudicable, el esfuerzo generoso y sin retaceos de los jugadores albos, fluyeron para asegurar un resultado que le pone a tiro para ganar la Recopa, el 9 de julio en la ya histórica cancha de Ponciano.

La victoria fue saludada con enorme fervor por la hinchada del «Campeón de América», sacudida duramente en estas horas, por el insuceso que dejó como saldo la muerte trágica de un hincha criollo, el sábado anterior tras el triunfo en la «Casa Blanca» ante Nacional.

Los ánimos están por las nubes. La plantilla regresó ayer a la capital con la sonrisa dibujada.

Saben que están golpeando nuevamente las puertas de la gloria. Que el cielo del fútbol otra vez está al alcance de sus manos. La Recopa si se toca, como antes se tocó la Libertadores, la hazaña más grande labrada por un equipo ecuatoriano. ¡Salud varones..! (Raúl Cruz Molina)

Por ccarrera